Carta abierta a Josh Smith

Estimado Josh,

Llegado el día de tu eliminación en Playoffs, es el momento de decirte que eres tanto uno de los mejores como de los más exasperantes y, por tanto, más decepcionantes jugadores de la NBA.

Es una combinación complicada, tu y yo lo sabemos, porque arremeter contra ti no es tarea fácil. Eres un chico todo corazón, siempre humilde y siempre dispuesto a ayudar a los demás. “Role model” te llaman en Estados Unidos y no les falta razón. Ojalá todos los jugadores de la Liga fueran como eres tú fuera de las pistas.

¿Y dentro de ellas? Bueno, ahí la cosa cambia. Contigo es para volverse loco. En realidad eres frustrante. Verte es como fue ver a Vince Carter cuando éste era claramente uno de los jugadores con más talento del mundo, pero sin la persistencia necesaria como para demostrarlo noche sí noche también. Carter lleva anotados más de 20.050 puntos en la NBA que le pueden llevar algún día, y a pesar de su perenne ocaso de sus últimos años, a tener un hueco en el Hall Of Fame. Tu no eres un anotador unidimensional como él, de hecho, tienes mucho más talento en muchos más aspectos del juego; solo que no aciertas a convertirlo en grandeza.

Nos hemos cansado de ver en vuestra serie contra Chicago Bulls a un Derrick Rose jugando a ese nivel que se les supone a los que son realmente estrellas de la Liga, en el momento más decisivo de la temporada que son los Playoffs. Eres sin duda el segundo jugador con más talento de la serie y, en cambio, nos ha costado encontrarte a ese nivel por más de algunos pocos minutos de algunos pocos partidos. En el Game 4 pudimos disfrutar de ese breve periodo de tiempo cuando, cerca del aro, fuiste el jugador más dominante del partido. Pero te cayeron dos faltas consecutivas, te mandaron al banquillo y tu momento se acabó.

Deberías ser, de forma rutinaria, el mejor jugador de tus Hawks, pero no lo eres. Joe Johnson es ese jugador. Pero lo peor es que a menudo Jamal Crawford y hasta Jeff Teague han estado mejor que tu en esta post-temporada. Si hasta incluso algunos pueden argumentar razonablemente que Al Horford es más determinante de lo que tu eres. Así que puede que para muchos seas el quinto mejor jugador de la plantilla de Atlanta, lo cual, sinceramente, resulta obsceno.

Cero. Sí, cero son el número de presencias All-Star que acumulas en tu carrera. Es absurdo. Veinticuatro jugadores seleccionados cada temporada para el Partido de las Estrellas y tu no estás nunca entre ellos?. ¿Ninguna vez?. Esta insensatez va más allá de lo que la mente humana puede llegar a comprender pues, de estar a tu nivel máximo, estás sin duda entre los veinte mejores jugadores de la Liga. Y escribiendo “veinte”, tienes ante ti la versión más conservadora que uno puede tener. Si tu rendimiento fuera más constante, tendría lo que hay que tener para afirmar que estás entre los diez mejores jugadores de la NBA. Pero no me ayudas.

Cierto es que juzgar el talento de un deportista profesional como tu acaba siempre siendo una opinión subjetiva, pero me gustaría que entendieras y por fin te convencieras de que encontraríamos a pocos expertos capaces de contradecirme. Mira sino tu propia producción en pista: a pesar de que acostumbras a desaparecer durante algunos minutos de los partidos, cuando no de partidos enteros, has promediado esta temporada 17.2 puntos, 8.7 rebotes, 4.2 asistencias, 2.9 tapones y 1.6 robos por partido.

¿Conoces a algún jugador en activo que haya llegado a estos registros en una temporada?. Yo sí, solo a uno: Tu.

Podrías estar cerca de la leyenda o, al menos, en el camino hacia ella. Pero por alguna razón que esperemos al menos tú conozcas, te empeñas en demostrar que puedes anotar desde la distancia. Y como algunas encestas (31% desde media distancia este año), insistes en ello. Y te equivocas. Tu juego y, por ende, tu reconocimiento, sería mayor si persistieras en el juego interior, como demuestra el 67% de acierto en tiros de campo que tienes cuando atacas el aro.

Quizá el problema sea que jamás nadie te ha dicho que lo que tu eres no es otra cosa que un jugador de poste bajo. Todos vemos en ti a un 2’06 que puede correr y subir el balón como un base. Y eso está bien, sin duda. De hecho, quizá solo LeBron James y Dwight Howard reúnan tal combinación de tamaño, explosividad y agilidad. Y esos son dos de los jugadores que seguro tienen más talento que tú. Junto con otros nombres como Dwayne Wade, Kobe Bryant, Dirk Nowitzki, Derrick Rose, Chris Paul o Kevin Durant. Puede que Carmelo Anthony esté también entre ellos pero… ¿Amar’e Stoudemire? Quizá. Paul Pierce, Russell Westbrook, Blake Griffin, Deron Williams y Kevin Love serían otros que quizá. Pero quizá no.

La diferencia entre estos jugadores y tu es que ellos saben exactamente el tipo de jugador que son. Stoudemire, Love y Griffin son jugadores de poste bajo, y no pretenden ser otra cosa. Sacan lo mejor de su rendimiento porque juegan donde deben jugar. Tu juegas donde quieres jugar y parece que eso significa más abierto en pista. Créeme, jamás conseguirás un reconocimiento como el que tu talento merece en esa posición.


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