Celtics: receta Doc Rivers

La decepción, la tristeza o hasta la tendencia a autoculparse por la prematura ruptura del Big Three ha desaparecido por completo. Doc Rivers está ahora haciendo lo que mejor sabe hacer: entrenar, experimentar y fajarse en su magia motivacional.

Un tipo extraño este Rivers. Rareza única entre los entrenadores NBA. Optimista entre el conservadurismo pesimista reinante entre su gremio, Rivers siempre encuentra el camino para ver lo que más brilla, incluso en los momentos más desesperantes como fueron para los Celtics las pasadas Finales del Este contra Miami. Incluso tras la devastación que para Boston suposo la decisión este verano de Ray Allen de cruzar las líneas enemigas y unirse al proyecto de los Heat. Siempre.

Sabía Rivers antes de la salida de Allen que los C’s tenían cerrado a Jason Terry, y que su próximo objetivo era Courtney Lee. Nadie reemplaza a un próximo Hall Of Famer como Allen, pero Rivers estaba abriéndose a contemplar futuras versiones de la versatilidad de su backcourt que hasta entonces nunca había tenido Boston en la época del Big Three. Lee, un muy buen defensor, anotador solvente en equipos con dinámica ganadora y, además, compañero de entrenamientos del hijo de Doc, Austin Rivers, no era difícil de convencer.

Sí, algunas nuevas caras pero, también, el mismo objetivo final. Ganar el anillo o fracasar para los Boston Celtics; y el camino empezó (con derrota) el pasado martes, y puede que termine, en el mismo sitio, en Miami.

“Es importante darse cuenta que estaremos lejos de nuestro mejor baloncesto en la opening night comparado con cómo estaremos más adelante”, dijo Rivers al respecto del ansiado primer partido. Dentro del vestuario, sin embargo, Rajon Rondo no se muestra tan paciente, hablando ya a estas alturas tanto de los Heat como de los propios Celtics. Y no hay misterio en ello. Si no hubo un celtic con más determinación por eliminar a Miami en las pasadas Eastern Conference Finals que el base de los C’s, no cuesta imaginarse cómo anhelará volver a enfrentarse a ellos durante la temporada.

Si la salida de Ray Aleln fue una decepción para Doc Rivers, de alivio puede considerarse lo que fue para Rondo. O, al menos, una nueva y rica fuente de motivación para uno de los más feroces competidores de la Liga. Sus fisuras personales con Allen eran algo que Rivers ya no podía reparar. Eso, y la propia percepción de Allen de que ya no era la primera opción de los Celtics este pasado verano, precipitaron los acontecimientos. Hasta el punto de unirse al enemigo perdiendo dinero, pero con ganas de repetir triunfo ahora en los Heat a costa de, oh! el destino, Boston.

Estos nuevos Celtics, como aquellos que salieron de la llegada de Kevin Garnett y el propio Allen en 2007, empezarán y acabarán en la defensa. Con su conocida y útil estrategia de masagear egos al tiempo que decir las verdades que duelen a la cara, Rivers busca, de nuevo, formar la identidad de los Celtics. Lo hizo cuando Tom Thibodeau era su asistente defensivo, lo hará ahora que lo es Mike Longabardi. “Tenemos que ser el mejor equipo defensivo de la NBA; y después vendrá todo lo demás”. Rivers dixit, recientemente.

No hace demasiados días los C´s dejaron a los Nets en un 38% de acierto en el tiro, forzando 19 pérdidas que les llevaron a anotar 27 puntos. La defensa exterior (en ese partido, Lee es el responsable del 4 de 14 de Joe Johnson) y la transición ofensiva son algo en que los nuevos Celtics serán mejores que los anteriores. Aunque Terry no es el mejor triplista de la historia de la NBA (de hecho, es cuarto en el listado de más triples anotados), sus primeros días en la franquicia verde son un aviso de buena integración y claro entendimiento de lo que el orgullo celtic representa. Y a lo que obliga.

Justo cuando llega el nuevo reto: la reinvención de unos Boston Celtics que sepan frenar a los Heat. Miami está para ganar el segundo anillo consecutivo tras añadir a Allen y Rashard Lewis. Los Knicks han rodeado a Melo y STAT de veteranía y experiencia en la victoria. Los Bulls no pueden ser pasados por alto si Derrick Rose vuelve a tiempo. Y además, ahora ha aparecido el fenómeno Brooklyn Nets que todo lo cubre hasta que veamos realmente de qué material está ese equipo hecho.

El tiempo pasa y el paisaje evoluciona, pero hay algo que nunca cambia en esta era de baloncesto profesional norteamericano: Doc Rivers, apretando y motivando constantemente a sus Boston Celtics hacia el próximo objetivo, la próxima colisión con LeBron James y los Heat, o quien sea que se interponga en su camino.

Puede que todavía hoy no sepamos exactamente ante qué Celtics estamos esta temporada. Quizá Doc Rivers tampoco lo tenga del todo claro. Algo, sin embargo, sí es certeza: vamos a disfrutar mucho averiguándolo.


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