D-League: Jerry Stackhouse cierra el círculo con los Raptors 905

Cuando el pasado mes de septiembre los Toronto Raptors anunciaban que Jerry Stackhouse (Carolina del Norte, 1974) iba a hacerse cargo del banquillo de su afiliado en la D-League, cualquier persona mínimamente escéptica no podría creer que medio año después, el ex ilustre jugador de la NBA se iba a convertir en el técnico del momento de la D-League. A principios de la 2016/17, Stackhouse se ponía al frente del banquillo de los Raptors 905 y lo hacía por primera vez como entrenador jefe. Retirado de las pistas en 2013, su única experiencia en la banda había sido la de técnico asistente de los mejores Raptors hasta la fecha, los de 2015/16 que llegaron a las Finales del Este.

La buena labor de Stackhouse le valió el premio de un puesto como preparador principal. Dejaba de ser un secundario en la NBA para cargarse de toda la responsabilidad en la D-League. Algunos lo vieron como un retroceso, otros como una oportunidad, otros como un riesgo. Dos pasos atrás para coger impulso y salir reforzado. Un descenso de categoría, pero un aumento de status como coach, con una plantilla para él solo, aunque fuera de la particular D-League.

Siete meses después, Jerry Stackhouse ha logrado todo esto: segundo mejor registro de la Temporada Regular en toda la historia de la D-League, con un 39-11 sólo superado en 2016 por los Sioux Falls Skyforce, que también se llevaron el campeonato;  mejor récord a domicilio de siempre en la D-League; primera clasificación de los Raptors (fundados en 2015) para unos playoffs; primer título de Conferencia; Mejor Entrenador del Año. Y finalmente, el éxito que es ganar la D-League.

Interés de la NBA

Aunque quizá, el mejor título que se haya podido llevar Stackhouse en este trayecto por la D-League haya sido el de llamar la atención de diversas franquicias NBA, con las que se entrevistará en breve, tal y como informa la ESPN.

Durante gran parte de la temporada, una de las ventajas de las que disfrutó el entrenador fue la de tener un bloque conjuntado, sin apenas bajas ni salidas de jugadores hacia otros destinos, bien sea NBA o el extranjero. Mantener esa plantilla compacta no es algo que sea muy habitual en la D-League, por las características intrínsecas de la propia competición. Sin embargo, él sí pudo sostener un plantel homogéneo y lo consiguió desarrollar durante los meses de la D-League. Walter Tavares, Alex Toupane, el artillero Brady Heslip, E.J. Singler (hermano de Kyle Singler), Yanick Moreira o C.J. Leslie eran algunos de los fijos. Como ayuda, el aporte de piezas de arriba, de Toronto, como Paskal Siakam, Bruno Caboclo o Fred VanVleet.

Adiós Tavares, adiós Toupane

El primero, rumbo a los Cavaliers para el último partido de la Liga Regular y los playoffs; el segundo, días antes que su compañero, firmaba un acuerdo multianual con los Pelicans. Tavares, luego elegido Mejor Jugador Defensivo y Toupane, máximo anotador de la historia de los Raptors 905, eran la espina dorsal del equipo de Mississagua. Stackhouse perdía a sus estrellas y sin embargo, con los añadidos mencionados de Siakam o Caboclo, que volvían a ser llamados a filas y, en última estancia, con el fichaje de Fred VanVleet para el segundo y tercer partido de las Finales, todo se equilibró.

El favorito triunfó con un balance de 6-1. Road to the six era el lema de la franquicia. Rumbo hacia los seis, los seis triunfos, el título de D-League. Logro conseguido, sin discusiones. Es momento de que Stackhouse mire un poco más arriba.


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