El despido de Scott y el futuro de los Lakers

La jornada del domingo no fue precisamente corta en noticias sucedidas alrededor de los partidos en juego. Eliminación de dos equipos, un entrenador llorando emocionado por el esfuerzo de sus jugadores, lesión del futuro MVP de la temporada regular y más. Pero fue algo ocurrido en un despacho lo que ha captado gran parte del interés mediático: Los Angeles Lakers han decidido prescindir de Byron Scott.

La era de Scott al frente del conjunto californiano será recordada —por el momento— como la más nefasta de la franquicia, por lo que el final de la relación con el técnico era algo esperado. Pero después de un balance de 38 victorias y 126 derrotas, sorprende que hayan tenido que pasar tantos días desde que terminase la temporada para que la directiva angelina tomase la decisión de relevar a Scott de sus funciones. De hecho, los 11 días que han transcurrido, hicieron pensar a muchos que Scott seguiría en el cargo. Mientras otros equipos como Washington Wizards, Brooklyn Nets o Minnesota Timberwolves habían cesado o no renovado a sus entrenadores durante la presente temporada y ya habían encontrado y presentado a sus sustitutos, en ese mismo periodo de tiempo los Lakers no habían hecho o dicho nada.

Sin embargo es evidente que Scott no podía seguir en la franquicia si lo que se pretende en Los Ángeles es resurgir de las cenizas. Scott ha tenido que realizar su trabajo con un equipo plagado de jóvenes y remiendos, sí, pero no ha dado muestras de ser el hombre ideal para llevar a buen puerto a los Lakers. Y cuando se escribe buen puerto se quiere decir crecer y moldear a un equipo para que luche por el anillo. Su estilo de ‘vieja escuela’ ha pasado por momentos de todo tipo; desde tratar de hacer madurar a sus jóvenes enseñándoles que por ser un número 2 del Draft no se tiene ganada la titularidad sin más, a despreciar los triples en una liga en la que los mejores equipos basan gran parte de su ataque en los lanzamientos de larga distancia.

Ése tipo de pensamiento de Scott y no solo el tener que lidiar con una plantilla carente de talento en muchos puestos es el que ha propiciado que el entrenador haya obtenido unos nefastos resultados. El periodista John Schuhmann lo recordó anoche: los últimos cinco equipos en los que Scott ha sido el entrenador (Cavaliers y Celtics) han terminado en las posiciones 29º, 26º, 27º, 29º y 30º en eficiencia defensiva en una liga de 30 equipos. Para Scott, un entrenador que se cansó de explicar que “todo debía partir de la defensa”, los datos son un absoluto fracaso que ponen en sería duda que a corto plazo una franquicia NBA vuelva a apostar por él.

El futuro

El reloj corre en contra para Jim Buss, copropietario y persona al frente de todas las decisiones deportivas de la franquicia, y Mitch Kupchak, el general manager que lleva en su puesto desde el año 2000. En 2014 Buss se autoimpuso un límite de “tres o cuatro temporadas” para seguir en su posición si los Lakers no estaban por entonces en la parte alta de la liga, luchando por el título de la Conferencia Oeste. Jeannie Buss les ha dejado hacer, pero si la siguiente campaña no es de una clara mejoría, el verano de 2017 puede llegar más caliente de lo habitual en Lakerland.

Dos de los técnicos más atractivos y con experiencia en Playoffs en los últimos años —Scott Brooks y Tom Thibodeau— se han dejado escapar por la falta de agilidad en la toma de decisiones, por lo que ahora toda la presión está en Kupchak y Jim Buss. De su elección dependerá que la franquicia sea capaz de enderezar el rumbo y volver a los puestos que ha acostumbrado a sus aficionados durante décadas o que la travesía por el desierto sea aún más larga.

El nuevo hombre fuerte del banquillo de los Lakers tendrá como una de sus tareas principales desarrollar el talento de los jóvenes D’Angelo Russell, Julius Randle, Jordan Clarkson, Larry Nance Jr. y quien llegue tras el Draft si es que los angelinos conservan su ronda y no acaban traspasándola, pero también es cierto que el entrenador elegido debe tener cartel y atractivo para que durante el próximo mes de julio ciertos agentes libres elijan a los de púrpura y oro. Los Lakers tienen la historia, la ciudad, el clima y el dinero, pero la NBA ha cambiado y no solo esos factores influyen a la hora de que una estrella quiera jugar en Los Ángeles como bien demostró el sonado fracaso de las negociaciones con LaMarcus Aldridge hace diez meses.

Kevin Durant es la mayor pieza que saldrá al mercado en verano y será difícil que los Lakers puedan convencerle ya que tendrá ofertas de media liga, pero el primer paso para construir un equipo ilusionante en el que los mejores quieran jugar es fichar a un técnico por el que esos jugadores quieran jugar y apostar. De entre todos los nombres que suenan para esa “búsqueda inmediata” de un sustituto de Scott —Ettore Messina, John Calipari, George Karl, Jeff Van Gundy, Mark Jackson—, tal vez sea Luke Walton el que mejor encaje en ese perfil. En los próximos días comprobaremos por qué tipo de futuro apuestan los Lakers.


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