Dinastía Thunder. Día 1

Kevin Durant abrazó a su madre celebrando la victoria cuando el partido no había ni terminado. Los otrora poderosos Spurs tenían todavía 14,6 segundos por jugar, pero Durant conocía ya el desenlace. Todos lo conocíamos. Se había acabado.

Oklahoma City Thunder batía a San Antonio la pasada madrugada del miércoles al jueves 107-99, en un Chesapeake Energy Arena más ruidoso de lo que podamos imaginar, culminando una racha de cuatro victorias consecutivas y ganando las Finales del Western por primera vez en la breve historia de la franquicia antes situada en Seattle.

Pero en realidad nada ha acabado. Ni mucho menos.

Primero porque restan por jugar las Finales de la NBA. Y después porque, tras ellas, este equipo no irá a ningún sitio que no sea a firmar un contrato de larga duración con lo más alto de la clasificación en la Conferencia Oeste. Quizá tan solo los habitantes de Seattle se muestran reacios a una durabilidad que el resto de mortales sí apreciamos.

El definitivo Game 6 de la serie fue un perfecto ejemplo de ello, y todos lo pudimos ver. Comunmente catalogados como “muy talentosos, pero demasiado jóvenes”, el desarrollo del partido dejó la oportunidad a Oklahoma City de salirse del mismo, y empezar a pensar en cómo tratar de conseguir otra victoria a domicilio en el Game 7. Sin embargo, en vez de eso, se sobrepusieron a una espantosa primera parte, para acabar golpeando a los Spurs hasta su knock-out. Y ni tan solo eso es nada nuevo para este equipo.

No hace demasiado tiempo (temporada 2008-09) que los Thunder empezaron la regular season con un desastroso 3-29 en su balance de victorias/derrotas, para acabar la misma ganando 20 de los últimos 50 partidos. Fue el inicio. Hoy, construidos únicamente a base de Draft y complementados con Kendrick Perkins, Oklahoma City es todavía un equipo joven. Muy joven. Por lo que ahora que ya son campeones del Oeste, cuesta creer que no será así durante los próximos muchos años.

“Sus mejores jugadores tienen aún 22 o 23 años, por lo que es imposible no ser tremendamente optimista sobre esta franquicia”, declaraba Manu Ginobili tras la eliminación. “Tienen un talento y unas condiciones atléticas enormes. Un gran y brillante futuro les aguarda”.

Y es que los Thunder son el primer equipo más allá de Mavs, Lakers y Spurs en llegar a las Finales representando a la Western Conference en los últimos 14 años. El destino ha querido que su nueva dinastía comenzara eliminándoles a los tres en estos Playoffs.

¿El futuro? De nuevo, los mejores jugadores de Oklahoma City son aquellos más jóvenes. Russell Westbrook, el propio Durant, Serge Ibaka o James Harden no tienen más de cinco años de experiencia en la NBA. Y no son solamente el núcleo del equipo. Están, además, ya entre los mejores jugadores de toda la Liga.

Kevin Durant ha sido el máximo anotador de la competición en tres de las cinco campañas que lleva en el profesionalismo. Ibaka lidera la NBA en tapones. Harden es el Mejor Sexto Jugador de la Liga. Y todo lo que hizo Westbrook en el definitivo Game 6 de la serie ante los Spurs fue anotar 25 puntos, coger 8 rebotes y repartir 5 asistencias, a añadir a los 21,7 puntos que promedia en esta post-temporada, tras promediar 23,6 durante la temporada regular.

¿El futuro? Nadie se mueve de allí. Durant está firmado hasta la temporada 2015-16. Westbrook justo ha renovado recientemente. Harden tiene contrato para las próximas dos temporadas. Y lo mismo sucede con Ibaka.

La luz brilla sobre Oklahoma City, al tiempo que nos muestra las debilidades de las tres antecesoras dinastías a las que los Thunder han eliminado en estos Playoffs.

Spurs: Otro año más mayores, otro año que pasa desde que ganaron su último anillo allá por 2007. El pasado miércoles, en el Game 6, estuvieron más de seis minutos del último cuarto sin ni tan siquiera lanzar a canasta, perdiendo el balón en cuatro ocasiones, tres de ellas a causa de faltas personales en ataque. Justo el tipo de situaciones que caracterizarían a un equipo novel. Gran temporada la suya, sí, pero al final en San Antonio parecían demasiado viejos como para ganar a los Thunder; como lo parecieron para ganar a los Grizzlies ahora hace un año.

Mavericks: Él equipo campeón no hace ni 365 días ha sido incapaz de conseguir una simple victoria en post-temporada un año después. Un backcourt demasiado veterano y una falta clara de anotación consistente más allá de Nowitzki les ha condenado. Y quién sabe si les seguirá condenando.

Lakers: Sí, ellos. Escoged vuestra propia razón. Hay mucha variedad donde elegir.

¿Algún aspirante más?, ¿algún otro equipo con un jugador para una generación como es ya Kevin Durant?

Cuando el reloj marcó el final del partido el pasado miércoles, Tim Duncan fue a buscar a Durant y se fundieron en un abrazo. ¿Traspaso de poderes?. Eso es solo un cliché. Segura felicitación y deseo de buena suerte.

Vayámonos acostumbrando. No parece que esto vaya a cambiar en un tiempo próximo.


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