El caso Odom

Cuando el pasado verano Los Angeles Lakers traspasaron a su versátil forward Lamar Odom a Dallas Mavericks a cambio de algo más que absolutamente nada, hubo hasta alguna que otra violenta respuesta hacia Mitch Kupchak y la familia Buss por hacer una locura de tal magnitud.

Pero, oh sorpresa, a finales del mes de marzo parece hasta que el management de los Lakers hizo lo correcto.

Cuando el equipo oro y púrpura visitó Dallas la semana pasada no quedaba otra que lidiar con una cara tan conocida por la franquicia angelina como la de Odom, sólo que éste último ya no es la amenaza en pista que un día fue.

Lamar Odom está promediando en ésta, su primera temporada en los Mavs, unos escasos 6,8 puntos y 4,3 rebotes por partido, más o menos la mitad de su producción numérica del año pasado en los Lakers. La mitad. Parece justo decir que Los Angeles acertó con el traspaso.

Incluso cuando estaba todavía en sus filas, la principal deficiencia de Odom era ya su increíble inconsistencia, cómo si fuera tan solo a lucirse cuando él mismo lo sintiera así. Y es que al final, se trata de un jugador altamente emocional. Un día tenía un rendimiento más que satisfactorio, y al siguiente mostraba una clara falta de energía sobre la pista. Desafortunadamente para los actuales campeones de la NBA, parece que ha encontrado por fin la regularidad, sólo que en el espectro más bajo de su potencial.

Lamar Odom no ha tenido un año fácil, y eso sí está bien documentado. Muertes prematuras de familiares cercanos, accidentes motorizados con víctimas de por medio y el foco de la prensa amarilla siempre iluminándole fruto de su relación con una de las Kardashians. Dice el tópico que esto le hace a uno más fuerte.

Sin embargo, parece que lo que más le hizo añicos es lo que menos debía, cuando los Lakers trataron de incluirle en el traspaso que debía haber llevado a Chris Paul de New Orleans a Lakerland. Uno podría pensar que eso no es nada comparado con las adversas situaciones anteriormente comentadas que tuvo que afrontar, pero quizá su posible marcha a los Hornets no fue más para él que un giro final del destino de todo aquello que le mantenía ya deprimido. La estocada.

Por la razón que fuera, Odom no superó tal posibilidad de cambio de aires. Y, a pesar de finalmente verse frustrado el intercambio “gracias” a David Stern, en el lugar en el que se toman las decisiones de Los Angeles Lakers intuyeron que su rendimiento no volvería a ser nunca más del 100%, así que le mandaron casi regalado a Dallas. Y acertaron.

Un equipo que aspira a lo que aspiran los Lakers no se puede permitir tener un jugador que no está totalmente concentrado en el baloncesto.

Aunque a veces parezca mentira, al baloncesto profesional americano juegan también personas, y quizá si Odom se hubiera tomado la cancelada operación con la calma y profesionalidad con la que lo hizo Pau Gasol, estaría ahora vistiendo todavía el uniforme oro y púrpura.

Deshacerse de Odom era para Los Angeles una oportunidad de ahorrarse algo de dinero de las extenuantes nuevas trade exceptions. Y, en la pista, renunciar a una montaña rusa emocional durante toda la temporada. Dicho de otra forma, los Lakers ya tenían suficientes distracciones a su alrededor como para hacer que la volatilidad emocional de Lamar Odom fuera una más. Rumores constantes de traspaso de pilares como Andrew Bynum o el propio Gasol, el perenne problema en el puesto de point guard, un nuevo entrenador post-Jackson, el divorcio de Kobe Bryant… de hecho, parece mentira que hayan sabido capear tantos temporales y mantenerse en las primeras posiciones de la muy competida Conferencia Oeste.

Y aunque la profundidad de banquillo disminuyó renunciando a Odom, las recientes adquisiciones de Ramon Sessions y Jordan Hill pueden modificar tal apreciación.

Visto a fecha de hoy, y a pesar de las incontables críticas que la front office de la franquicia angelina recibió en su momento, el traspaso no le ha venido nada mal a los Lakers.

Lamar Odom ya cambió de equipo más de una vez antes de llegar a los Lakers y su transición personal ante ello no se salió de la normalidad. Así que los problemas que está teniendo para asentarse en Dallas estén relacionados quizá más con el tumultuosos verano  de 2011 que le tocó vivir. Sea como sea, sus piernas ya no se van a rejuvenecer tampoco, pase lo que pase.


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