En defensa de Carlos Boozer

En el primer Three-Peat de los Chicago Bulls estaba Horace Grant. En el segundo, Dennis Rodman. Si los actuales Bulls quieren tener alguna oportunidad de llegar a unas Finales de la NBA, esto pasa por que Carlos Boozer se convierta en una mezcla de ambos.

En el muy movido verano de 2010, Boozer firmó por Chicago para ser la segunda opción en ataque tras el jugador-franquicia, piedra angular y último MVP de la competición, Derrick Rose. Sin embargo, si una cosa quedó clara a lo largo de la pasada temporada, es que los Bulls son un roster muy profundo en el que noche sí noche también, siempre hay dos o tres jugadores capaces de echar una buena mano a Rose en lo que a anotación se refiere.

Aún así, lo que también quedó meridianamente claro es que la defensa de Boozer (o, en este caso, su falta de la misma) no puede ser escondida por el resto de sus compañeros. A menudo, durante los pasados Playoffs, Taj Gibson entraba en cancha muy pronto en el primer cuarto para substituir a un Boozer incapaz de frenar al power-forward o center rival.

No hay que olvidar que Tim Thibodeau es, principalmente, un entrenador que prioriza la defensa al ataque, así que no tiene demasiados prejuicios a la hora de sentar a Boozer si la defensa de éste no es satisfactoria. Y no lo ha sido. Todo el mundo sabe qué buen defensor era Rodman y nadie espera que C-Booz ni tan siquiera se acerque a su nivel. Pero, ¿es demasiado pedir que su rendimiento defensivo sea como el de Grant?

Mucha gente se ha olvidado que Horace Grant fue también un muy buen defensor. De hecho, fue incluido en el segundo All-Defensive Team de la Liga cuatro veces, empezando en 1993 cuando ayudó a los Bulls a ganar su tercer anillo, y siguiendo en 1994 cuando hizo su primera y única aparición en el Partido de las Estrellas.

En el Game 1 que abría los pasados Playoffs para Chicago contra los Pacers, Boozer se mostró del todo inoperante a la hora de parar a Tyler Hansbrough, que acabó con 22 puntos mientras Boozer acumulaba cinco faltas personales. En el Game 5, Carlos Boozer soló jugó 16 minutos a causa de los problemas que ya muy temprano tuvo con las faltas. Su defensa en la siguiente ronda contra los Hawks fue un poco mejor; pero en las Finales de Conferencia, ante los Heat y Chris Bosh, fue donde saltaron todas las alarmas.

Consciente de que ese podía ser un punto débil en la serie, Thibodeau evitó todo lo que pudo que Boozer se emparejara con un jugador de los recursos ofensivos dentro-fuera de Chris Bosh. No siempre fue así, y cuando ambos se encontraban, era como si Boozer no estuviera allí. Bosh acabó anotando más de 30 puntos en dos de los partidos de la serie para un promedio de más de 22 en la totalidad de la misma. Por su parte, Boozer, ni tan siquiera llegó a 30 minutos sobre la pista en tres de esos partidos.

Los Bulls no necesitan que Boozer sea el nuevo Rodman pues, además, para ellos está ya Joakim Noah. Sin embargo, para poder hacer que este súper-equipo llegue a unas Finales de la NBA, es imprescindible contar con Carlos Boozer el máximo de minutos posibles sobre la pista. O lo que es lo mismo, ello pasa solo por una ostensible mejora de la defensa del #5 de los Bulls. De no ser así, Gibson ganará protagonismo sobre Boozer, cuya reducción de minutos hará al equipo peor.

Imaginemos solo por un momento cómo pueden ser estos Chicago Bulls con un Boozer en forma y focalizado también en su trabajo defensivo… Candidatos a todo en el siguiente lustro.


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