Tras las tres primeras entregas con Antonio Rodríguez (Celtics), Mel Otero (Lakers) y Guillermo Giménez (Warriors), en la cuarta parte de «Ocho preguntas con» es el turno de Gonzalo Vázquez. Periodista natural de Barakaldo que pasea su pluma por el ‘Punto G’ en ACB.com; ‘La Unidad’ en Yahoo Eurosport o la Revista Oficial NBA. Tras establecerse en Nueva York y vivir en primera persona más de 150 encuentros oficiales, es momento de analizar con él los New York Knicks.
Pregunta. ¿Eres más de la etapa anterior al melotrade o prefieres el post-melotrade?
Respuesta. De la etapa anterior, que afortunadamente pude vivir desde dentro. Porque tenía sentido y el equipo, joven, bien cosido y en proyección creciente, no padecía el peso de una hipoteca de tres jugadores que vivieron mucho más felices por separado que juntos. No se puede olvidar ni un solo día la naturaleza tóxica, destructiva, de aquel traspaso. Y cómo todo un cuerpo técnico, esto es, cómo el baloncesto se opuso a él en los términos en que se produjo.
P. Amar’e Stoudemire ha entrenado este verano movimientos al poste con Hakeem Olajuwon. ¿No cree que es un poco tarde tras diez años en la NBA?
R. Es posible. Pero el problema de Amar’e no es ese como nunca lo fue mientras un distribuidor vivió a su lado. Hay que recordar que Amar’e estaba en números de MVP antes del gran cambio. Ahora que le han arrancado su naturaleza de finalizador se ve obligado a sobrevivir como un interior dolorosamente aislado del balón.
P. Revolución en el puesto de base con los fichajes de Felton, Kidd y Prigioni. ¿Cree que necesitaba tal limpieza?
R. Desde luego algo así. Si el aficionado ‘knick’ quiere optimismo lo puede encontrar casi exclusivamente por Felton y Kidd. Si Amar’e no resucita con ellos es que no hay nada que hacer con este proyecto.
P. Felton-Kidd, Kidd-Felton. ¿Quién será el titular? ¿Y el más determinante?
R. La titularidad debería ser para Felton, para el fresco, para el que atraviesa la luz de carrera, para quien ya demostró funcionar bien con Stoudemire. Kidd está en edad de ayudar, de precisar bien su tiempo de juego.
P. Kurt Thomas 40 primaveras, J. Kidd (39), M. Camby (38) y Prigioni (35). Y todavía puede llegar Rasheed Wallace con (38). ¿De verdad es necesaria tanta veteranía?
R. El geriátrico no es más que la consecuencia de una situación financiera asfixiada. Si acudes al mercado con cuatro duros te harás a lo sumo con restos. A Woodson le toca montar un puzzle. Y los puzzles con demasiado veterano entre la primera y la segunda línea no suelen funcionar en términos de gloria. Estos Knicks empiezan a recordar por estructura a los Rockets posteriores al doble anillo.
P. S. Marbury dijo que Carmelo-STAT no eran compatibles. El base no ha descubierto América pero, ¿por qué lo vemos todos y la dirección de la franquicia no?
R. Dolan quería otra superestrella. Melo era su niño dorado, su gallina de los huevos de oro. Estaba convencido de que hacer llegar al hijo pródigo le rentaría en popularidad, mercado y resultados. Se equivocó en las tres cosas. Su popularidad es un asunto irresoluble, su mercado es intocable aun siendo un reino instalado en los bajos fondos y los resultados cabe ponerlos en cuestión. Dolan no pensó ni una sola vez en que pagar demasiado dejaría la casa en cueros.
P. Seguimos con el base del Bronx. Dijo que Dolan hizo llegar a Carmelo por dinero. ¿Está usted de acuerdo?
R. No. O no exclusivamente. En Nueva York no hay vacas flacas. Es que realmente creía que Melo les haría dar el salto necesario. No pensó en otros términos y declinó la teoría de Walsh, que hizo de intermediario con el cuerpo técnico para nada. Walsh no se oponía, como tampoco el cuerpo técnico aunque no fuese su idea original, a la llegada de Melo. Se oponían rotundamente a desmantelar el camino andado.
P. Dos temporadas consecutivas a playoffs y dos temporadas fuera en primera ronda. ¿Hay equipo para, digamos, una Final de Conferencia?
R. Sí. Pero tienen que pasar demasiadas cosas bien para coronar una temporada así y medirse a Miami, Chicago o Boston allá arriba. Una Final de Conferencia sería casi un 10 sobre 10 en nota final a la gestión deportiva de este raro mosaico de nombres. Y lo peor es que está diseñado para el ‘ahora’. No para mañana.