España-Estados Unidos, más que un amistoso

Pekín, 2008. España juega probablemente el mejor partido de su historia, almenos en competición oficial. Lo hace ante el rival más poderoso. Y aun así, pierde. Estados Unidos impone su ley y se lleva un oro que estuvo más cerca que nunca.

Hoy, en Barcelona, no hay “vendetta”. Bueno, no debería haberla, debido a la condición de amistoso del partido. Sin embargo, hay mucho más en juego, y la realidad es innegable. Ambos equipos tienen marcada en roja ésta fecha, incluso su transcendencia podría ser mayor (a algunos niveles) que la de muchos partidos que se van a disputar a partir de la semana que viene en Londres, en la cita olímpica. NBA vs España.

Pero cuidado, que el 66% de los jugadores españoles tienen o han tenido contacto con la mejor liga del mundo. El panorama en éste sentido cambia cada vez más.

Queda claro, sobretodo por el cruce de declaraciones entre los protagonistas de un bando y de otro, que ganas hay muchas. No obstante, habrá que preguntarse si los cuerpos técnicos, encargados de sumarle o restarle ingredientes al acontecimiento, van a decantarse por esa sensación competitiva, o van a preferir usar el sentido común. Al fin y al cabo, el que pierda hoy va a tener exactamente las mismas opciones de llevarse el oro olímpico que el que salga vencedor. Y los Juegos empiezan en cuatro días contados. No es momento para correr riesgos. No aún.

El duelo, sin duda, puede ser encarado de distinto modo por ambas partes, teniendo en cuenta el momento en el que llegan, y también la personalidad de cada combinado. España debe tener reciente el ejemplo de 2008, cuando fue arrasada por los americanos en fase de grupos, y luego le jugó de tú a tú en la gran final.

Además, algunos jugadores llegan tocados, como Marc Gasol o Sergio Rodríguez, que seguramente van a causar baja hoy, y otros como Navarro o Rudy Fernández tampoco están para tirar cohetes. Por esto, y sin renunciar en ningún momento a competir al máximo el partido, existe una línea que no debería traspasarse.

La selección de Estados Unidos, por el contrario, llega diferente. En primer lugar, con ciertas dudas después del ajustado duelo ante la selección de Argentina, un combinado que se intuye netamente inferior a, por ejemplo, España. Y en segundo, y a pesar del discurso humilde transmitido por voces autorizadas como Bryant, LeBron o Anthony, por un tema de orgullo. Ellos están seguros de sus posibilidades, saben que son los mejores, y no les gusta que se generen dudas acerca de ello. Por eso hoy van a salir a otro ritmo. Al fin y al cabo, tienen bastante más que perder si caen por 3 puntos, que España si lo hace por 20.

El duelo está servido. El primer capítulo de una serie que debería ser de dos, por mucho que se defienda que el objetivo es conseguir medalla. Absolutamente ninguno de los 24 protagonistas se ve fuera de esa hipotética final. Y aunque se trate de 40 minutos intranscendentes, seguramente van a ser los 40 minutos menos amistosos en los últimos años.


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