La situación económica de Oklahoma City, un caos

Hace algo menos de 6 años, en octubre de 2012, Oklahoma City optó por traspasar a James Harden a Houston. ¿El motivo? Harden no quería renovar por 6 millones menos a lo largo de cuatro temporadas respecto a lo que le ofrecían los Rockets y en Oklahoma no estaban dispuestos a pagar el temido impuesto de lujo por retener al que años más tarde ha acabado siendo MVP de la NBA.

A consecuencia de ello Harden voló de Oklahoma y el resto es historia, ya lo sabemos todos.

Hoy, sin embargo, los Thunder han actuado de forma totalmente distinta a aquel histórico episodio y se han embarcado en uno de los proyectos más costosos de la historia de la NBA al decidir apostar por Paul George. George es uno de los mejores jugadores de la liga y es indiscutible la decisión de mantenerle, pero la situación en la que quedan los Thunder no es nada halagüeña económicamente.

La plantilla más cara de la historia de la NBA

Las renovaciones de George y Jerami Grant hacen que Oklahoma City, con la plantilla actual, tenga comprometidos 156 millones de dólares en 11 jugadores. El mínimo requerido por la NBA de 14 jugadores llevará a los Thunder a sobrepasar los 160 millones en salarios este curso, lo que hará que los Thunder tengan que abonar el impuesto de lujo al sobrepasar con creces el límite, fijado en 123,7 millones de dólares para la campaña 2018-19.

Un impuesto de lujo que los Thunder han pagado en tres de las últimas cuatro temporadas (2,9 millones en la 2014-15; 14,5 millones en la 2015-16; 25,3 millones en la 2017-18) y que hace que la multa a pagar proyectada ascienda a unos 162 millones de dólares al estar aún más penalizados por esa repetición en el pago del impuesto.

No es un error. 161 millones de dólares en nóminas (estimado) más 162 millones de multa (estimado) son 323 millones de dólares, la mareante cifra que podría costar la plantilla de Oklahoma City Thunder este curso si nadie revierte la situación. La plantilla más cara de la historia de la NBA.

 Cortar a Melo como medida desesperada

¿Qué opciones le quedan a Oklahoma City si quiere evitar el hecho de pagar más de 300 millones de dólares en salarios por un equipo que en la campaña 2017-18 logró 48 victorias y fue eliminado en primera ronda de playoffs? Cortar a Carmelo Anthony mediante la stretch provision y dividir su sueldo de 27,9 millones durante las tres próximas temporadas.

Esa solución, tal vez una que no deseen llevar a cabo internamente pero que nos vemos obligados a contemplar desde el exterior de la franquicia, ahorraría a los Thunder una cifra que podría rondar los 97 millones de dólares en impuesto de lujo. A cambio de ese tremendo ahorro los Thunder quedarían limitados los próximos tres años con 9,3 millones comprometidos cada año, lo cual dificulta la planificación de la plantilla y casi garantiza que vayan a seguir pagando el impuesto de lujo durante esos mismos tres ejercicios.

¿Qué decidirán los propietarios de los Thunder? ¿Pagar alrededor de 320 millones de dólares por un roster con Carmelo Anthony o abonar 222 millones por un equipo sin Melo a la vez que dificultan sus cuentas hasta 2021? Que Anthony sea cortado no es algo que sea siquiera un rumor, pero es un camino que deben plantearse los Thunder si es que no lo han hecho ya. Si Melo sigue quedará claro que hay mucha confianza en él.

Tremendo desafío económico al que se enfrentan en Oklahoma City.


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