¿Qué hacer con Anthony Davis? No hay solución posible

“La mejor opción para los Pelicans es esperar a verano para recibir más ofertas”. “Cuanto antes sea traspasado Davis mejor para él y que así su carrera siga adelante en un nuevo destino”. “Que los Pelicans paguen 2,3 millones de multa por 23 partidos y no juegue más”.

Anthony Davis solicitó el traspaso, los Pelicans optaron por esperar a verano para intercambiarle y ahora no solo tienen un problema ambas partes, si no también el entrenador, la directiva, los Lakers y la NBA como liga. Con el agravante de no existir una solución convincente para que todas las partes, incluyendo aficionados, queden satisfechas.

Los ocho ángulos del caso Davis

Danny Ferry, general manager interino de los Pelicans tras ser despedido el anterior con el caso Davis como gota que colmó el vaso, está decidido a que la NBA levante la mano y permita a la franquicia de Luisiana sentar a Davis de manera definitiva de acuerdo a un periodista del New York Times. Hace casi dos semanas se filtró que la NBA había amenazado con sancionar a los Pelicans con 100.000 dólares por partido si Davis no jugaba, una regla establecida hace poco más de dos años para evitar que jugadores de primer nivel no disputasen partidos televisados a nivel nacional.

Los Pelicans, una vez que saben que Davis saldrá más pronto que tarde, no tienen excesivas motivaciones para poner al jugador en pista. Con Davis tienen mejor balance de victorias (22-23 con él; 4-10 sin él), lo cual empeora sus posibilidades de cara al Draft. Y más importante aún, cada minuto que juegue Davis incluye riesgo de lesión que en caso de ser de importancia puede resultar devastadora para los intereses de New Orleans al disminuir el valor de traspaso del jugador.

Anthony Davis, quien pidió seguir jugando si no era traspasado, ha disputado cuatro encuentros desde que se cerró el mercado de traspasos. 15,8 puntos y 8,8 rebotes en 24,7 minutos son sus números en este periodo, muy lejos de los 29,3 puntos, 13,3 rebotes y 37,1 minutos que promediaba antes de que su agente filtrase que no iba a renovar por los Pelicans. En estos cuatro partidos Davis no ha sido consistente y sufrió una lesión leve antes del All-Star.

Alvin Gentry, entrenador de los Pelicans, está harto de todo lo que rodea a este caso. Los Pelicans ganaron a los Thunder en el último partido que disputaron, pero el técnico terminó furioso ya que en la rueda de prensa posterior le preguntaron una y otra vez por Davis. “Para seros sinceros todo esto ha terminado siendo un desmadre, está siendo difícil para los jugadores actúar de forma profesional después de todo lo que está pasando”, dijo hace una semana.

Los Lakers, el equipo que con más ahínco intentó el fichaje de Davis, han entrado en una espiral negativa desde que se supo que muchos de sus jugadores fueron ofrecidos a los Pelicans. El balance de los californianos desde entonces es 2-5, con LeBron James participando en cinco de esos siete partidos. Para más inri, Lakers y Pelicans deberán enfrentarse dos veces en los próximos días, el domingo 24 y el jueves 28. Si Davis está en los partidos, habrá más audiencia y drama; si Davis no está, los Lakers lo tendrán más sencillo pero los partidos tendrán menos repercusión.

La NBA ha permitido esta misma temporada que Memphis, Cleveland y Houston sentasen a Chandler Parsons, J.R. Smith y Carmelo Anthony sin justificaciones médicas para ello. Simplemente no querían —ni quieren— que esos jugadores participasen en los partidos. No tienen la importancia de Davis, pero en esos casos no hubo sanciones ni amenazas de sanción ya que su ausencia no impacta tanto a nivel económico ni competitivo como una posible ausencia prolongada de Davis, pero no deja de ser un caso comparable.

Los aficionados de los Pelicans parecen estar por la labor de que Davis no juegue más si el ala-pívot ya no va a formar parte de los planes de futuro del equipo. Sin embargo, el resto de aficionados de otros equipos a los que New Orleans debe rendir visita de aquí a final de temporada probablemente estén más motivados a comprar entradas o ver los partidos en televisión si Davis está en la pista.

La NBPA —la asociación de jugadores— podría terminar convirtiéndose en un actor a tener en cuenta si los Pelicans consiguen sentar a Davis —pagando multas o no— y el jugador siente que esa decisión le perjudica por dejarle inactivo, lo cual significaría que no disputaría un partido oficial durante ocho meses. Es factible que la presión de la asociación, con el beneplácito de Davis, hiciese saltar por los aires cualquier posible pacto entre la NBA y los Pelicans.

Sálvese quien pueda

Adam Silver, comisionado de la NBA, explicó en rueda de prensa el pasado sábado todo lo detalladamente que pudo como vive la liga estas situaciones, reconociendo que no tienen solución para ello.

“En cuanto a los traspasos no es nada nuevo para la liga. No diré nombres, pero algunos de los más grandes jugadores de la historia han solicitado ser traspasados en diferentes momentos de su contrato. Una vez dicho esto, no gusta que un jugador pida un traspaso cuando está bajo contrato con un equipo. Es una de las razones por las que, en el caso más reciente, haya sancionado al jugador, aunque no fuese el jugador si no su agente quien demandase el traspaso”.

“Reconozco que hay poco que pueda hacer para detener esto completamente. Cada situación es única y creo que últimamente hay tendencia a que en estas situaciones se busque al culpable, pero al final, cuando examinamos cada situación desde nuestra posición, generalmente es un poco más complicado de lo que la gente pueda pensar en un principio”.

“Pero lo voy a decir de forma clara, no, no me gustan las solicitudes de traspaso y me gustaría que no hubiesen salido a la luz y que todo se gestionase de puertas para adentro. Pero no lo olvidemos, tal vez parte de ello sea responsabilidad de la liga. En el último acuerdo laboral lo que se pensaba era que los equipos serían capaces de renovar a sus jugadores un año antes, algo que haría que al final de los contratos de los jugadores los equipos no estuviesen en una situación en la que de repente se enterasen que el jugador no iba seguir con ellos. El interés de extender el contrato un año antes es para que puedas tener esa conversación con el jugador y el jugador pueda decirte de puertas para adentro ‘por supuesto que cumpliré el contrato, pero no pienso renovar una vez que se acabe’. En esos casos el equipo está en posición de conseguir algo de valor a cambio del jugador. Lo digo una vez más. Es la ley de las consecuencias no deseadas, no ha funcionado como habíamos planeado y es un área en el que nos tenemos que concentrar”.

Acabe el caso Davis como acabe, es imposible que todos salgan satisfechos. Quizá la mejor solución sea que Davis siga jugando con los minutos controlados, pero continúa siendo una opción imperfecta que modifica la competitividad de la liga, se convierte en una distracción para los Pelicans y no evita el riesgo de lesión para Davis.

(Fotografía de portada: Ezra Shaw/Getty Images)


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