Game 2: Nowitzki es imprescindible

Dallas puede vencer a Miami. Una vez, al menos. Esto es así. Otra cosa es si puede vencerles cuatro veces en siete partidos… perdón, cuatro veces en ahora ya seis partidos. Muy difícil.

Pero las Finales de la NBA no tienen porqué ser un paseo militar de los Heat. Dallas puede ganar uno o dos partidos, quizá tres (el formato 2-3-2 de las Finales puede favorecer a ello). Pero hay una condición que necesariamente debe darse para que los Mavs puedan ganar. O ganar al menos un partido: Dirk Nowitzki debe de ser uno de los dos mejores jugadores en pista.

No tiene por qué ser el mejor, No es necesario. Ayudaría, sí, pero no es condición sine qua non, pues en la mayoría de los partidos, con Dwayne Wade y, sobretodo, LeBron James compartiendo parqué contigo, se hace muy complicado ser estrictamente el mejor. Wade es probablemente uno de los mejores guards de todos los tiempos y James es, casi sin discusión, el jugador físicamente mejor dotado que uno recuerda.

Nowitzki es ya un grande por méritos propios, pero para que Dallas pueda contrarrestar la enorme cantidad de talento reunida en Miami, debe superar o a Wade o a James, no importa a cual. Porque si no es mejor que ellos, los Mavs obtendrán tan solo algo parecido al Game 1, derrota 92-84 en un partido, como mucho, apretado en los tres primeros cuartos, pero sin emoción final en el marcador.

Porque escribiríamos artículos de admiración a cualquier jugador capaz de anotar 24 puntos, coger 9 rebotes y repartir 5 asistencias en un primer partido de unas Finales. Pero no con LeBron. De James se puede decir que, a pesar de esos números, estuvo gris. “¿Sólo 24 puntos?”, pensamos todos al ver el boxscore del partido, reconozcámoslo. Y en lo que respecta a Wade, 22 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias son excelentes números para casi todos los jugadores de la Liga. Pero, ¿para Wade?, ¿en unas Finales?. Wade promedió 34,7 puntos, 7,8 rebotes y 3,8 asistencias durante las Finales de 2006, así que ya hemos visto cosas mejores de Flash.

Así que el problema para los Mavs no solo fue que Miami estuviera por debajo del 40% en acierto en tiros de campo (por cierto, Dallas también lo estuvo) y aún así acabaran perdiendo, también fue que Wade y James (los dos) fueron mejores que Dirk. ¿Y sabéis qué?, pues que Chris Bosh no estuvo demasiado lejos. Nowitzki fue el máximo anotador del partido, eso es cierto, con 27 puntos, pero con un 7 de 18 en tiros de campo. Cogió 8 rebotes, pero ninguno ofensivo, aspecto que, por cierto, los dos entrenadores apuntaron como clave antes del inicio de la eliminatoria. Repartió 2 asistencias, pero perdió también 2 balones. Así que estuvo bien, de acuerdo, pero no lo suficientemente bien.

Enfrentarte a veterano como Udonis Haslem no es lo mismo que hacerlo ante un enérgico pero inexperimentado Serge Ibaka, y los Heat no son los Thunder. Pero hemos visto a Nowitzki meter 48 puntos en un partido de las Finales del Western ante Oklahoma City y 40 puntos en otro.

Otro contratiempo es la distensión que se produjo en uno de sus dedos de la mano izquierda. Porque aunque no lance con la zurda, Dirk tampoco lo hace con los pies. Un tirador necesita de las dos manos para tirar y, aunque es seguro que seguirá metiendo tiros en estas Finales, cabe razonar que quizá no lo haga con la misma confianza y, por tanto, con la misma eficacia.

Lo positivo para los Mavericks es que Nowitzki es tan bueno que no necesita jugar a la ruleta rusa a ver si le toca ser uno de los dos mejores jugadores en pista en cada partido. Tampoco necesita llegar a los 40 puntos cada noche, no. Lo que sí no puede permitirse es tirar 18 veces a canasta y fallar 11. Como tampoco terminar los partidos con tan solo 2 asistencias, aunque ahí habría que compartir responsabilidades con sus compañeros de equipo. Para vencer a Miami esta noche en el Game 2 de las Finales, los Mavs necesitan que tanto Nowitzki como muchos de sus compañeros estén mejor de lo que estuvieron el martes.

Dallas no es equipo de un solo jugador. Ese no es su estilo y así no es como han llegado a estas Finales dejando, entre otros, a los bicampeones Lakers por el camino. Los Mavs son una plantilla llena de jugadores contrastados (Jason Kidd es un futuro Hall of Famer, Shawn Marion y Jason Terry llevan anotados ambos más de 15.000 puntos en sus carreras y Peja Stojakovic terminó cuarto en la votación del MVP de 2004) en la que solo Nowitzki es leyenda. Así que hay partidos y rivales en lo que la franquicia de Mark Cuban no necesita a un Dirk estelar. Pero ni unas Finales son esos partidos, ni Miami Heat son esos rivales.

Así que a Dirk Nowitzki no le queda otra elección esta próxima madrugada que la de ser el mejor entre los mejores. No basta con lo que haya hecho en su carrera o incluso en esta maravillosa post-temporada que viene realizando el alemán. Nowitzki debe estar al máximo nivel y lo debe estar ahora. Eso, o los Mavericks van a perder sus segundas Finales contra Miami en 5 temporadas. Y quizá sin poder ganar ni un solo partido.


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