Historias de baloncesto NBA: gracias por Acción de Gracias

Si hoy, día 24 de noviembre de 2017, despiertan y no ven nuestra web aderezada con los contenidos propios de las jornadas NBA, como son las crónicas, disculpen. Es por causas ajenas a los redactores de este espacio, que se suele decir. No es cosa de despiste. No es fruto de un cambio editorial. Es que no hay jornada.

Thanksgiving (en español, Acción de Gracias) llega a Estados Unidos —y a algunos lugares más del planeta— como oasis para la frenética vida cotidiana de la población. En ella se incluyen también, ya que no son marcianos, los jugadores de la NBA.

Este mínimo parón en la liga de baloncesto más importante del mundo siempre reabre viejos debates sobre las vacaciones, los descansos y las funciones de los jugadores. En este espacio trataremos de explicar por qué hoy tú, usuario de nbamaniacs, no puedes disfrutar de la NBA en su máxima expresión: con partidos.

Noción mínima de la fiesta

Conviene, de primeras, saber qué es Acción de Gracias. Es una fiesta de connotación religiosa que pretende agradecer a un dios la vida en la tierra.

Se celebra interrumpidamente desde 1789, cuando George Washington la incluyó en la Constitución del país recién creado, y es fiesta federal desde que así lo proclamara Abraham Lincoln, su otro gran impulsor, en 1863.

El origen está, como muchas otras tradiciones, en la colonización. En este caso, de los peregrinos del norte de Europa que se establecieron en la Costa Este del continente americano. Los nativos americanos acogieron esta tradición en el siglo XVII.

Al igual que otras fechas incluidas en la reglamentación constituyente, la fecha de celebración varía en los días pero es inamovible en su posición en el calendario. Acción de Gracias se festeja el último jueves del mes de noviembre.

Los dos factores de abandono

El que no haya partidos de la NBA en Acción de Gracias no ha sido algo permanente a lo largo de la historia, pero sí lo es actualmente. Y hay dos razones principales para ello.

El convenio colectivo. Bajo el mandato de David Stern como comisionado la política se mantuvo alterable sobre si agendar partidos para la noche de Acción de Gracias, pero 2011 marca el final de ese estado. El cierre patronal que obligó a moverse a la NBA para reactivar el juego tuvo como resultado una serie de concesiones a los jugadores a través del CBA (siglas en inglés del convenio colectivo). Si bien esta concesión en concreto no fue fundamental, sí ayudó a nivel de sensaciones sirviendo como gesto de gentileza y buena voluntad de la asociación con el sindicato. La reivindicación llega bajo manga, ya que no aparece explícita en la sección 5 del artículo XX de ese convenio, la parte dedicada a las vacaciones de los jugadores. No es tomado como holiday, como tampoco lo es el ‘Easter Monday’ (Lunes Santo), pero sí lo es a nivel nacional y se implementa en el calendario de esa forma. La verdera motivación de que se reivindique este día como libre es la necesidad de no poner jornadas en la misma temporada tanto en Acción de Gracias como en Navidad/Nochevieja, días en los que los jugadores también deben tener ese derecho laboral a estar con sus familias para las celebraciones.

La irrupción de la NFL. No confundir con que se creara el deporte, ni mucho menos. Es con un detalle que parece menor, pero que también apartó a la NBA de las noches de Acción de Gracias. Tiene que ver con el espectro televisivo del evento. El actual contrato televisivo de la NBA viene soportado, en gran medida, por Turner Broadcasting System, una gran corporación televisiva especializada en contenido segmentado (en deportes, con la NBA como mayor activo). La cadena de esta empresa por donde se ve esta competición es TNT, también lo es actualmente y en 2011, cuando ocurre el cambio. TNT es, como decimos, una cadena temática, no una generalista o grande. Cuando la NFL (National Football League) se mete con fuerza en Acción de Gracias también es a partir de 2011, cuando cambia de operador para lo que llaman el ‘Thursday Football’. La programación doble, esos double-headers que tan buen rendimiento dan los jueves en Estados Unidos, mató a la competencia de la NBA si se compara la audiencia que puede tener TNT con la de la NBC, que es una de las generalistas importantes del país. La NFL irrumpió con fuerza en ese nuevo mercado, que ya tenía pero que supo reforzar, y la NBA cedió el puesto a su hermano futbolístico.

Por comparar, en 20 años (de 1991 a 2011) sólo siete de ellos no contaron con jornadas de Acción de Gracias. El último partido de NBA en esa fecha que hay a día de hoy es un Clippers-Kings del 25 de noviembre de 2010, con Luther Head o Carl Landry entre los protagonistas.

¿Buena decisión?

Es aquí donde entra en juego la opinión. No sólo la del aficionado, que es quien consume el producto, sino la de los protagonistas del propio deporte.

La eliminación de una jornada, que sirve con ésta como ejemplo pero vale para las demás también, supone rellenar los días colindantes (el anterio y el posterior) de partidos en un volumen excesivo. Eso es contrario a la idea que se quiere ir implantando cada año con más fuerza en la NBA, la de espaciar los partidos en más días para reducir los descansos forzados y las probabilidad de lesiones. Ya lo comentamos aquí.

Y un pequeño inciso en este punto, que será necesario ampliar en otro momento por ser tremendamente importante y que pasa de soslayo por la mente de los aficionados. Si alguien quiere dirigir quejas por el calendario, hay nombres detrás de esa joya de la ingeniería deportiva. Matt Winick estuvo 20 años trabajando en los calendarios de la NBA, tarea en la que ahora colaboran Evan Wasch y Tom Carelli entre otros.

Se entiende que los jugadores priorizan este pequeño valle físico, el del asueto un día para luego tener trabajo amontonado durante el resto de esa semana indicada, por el componente familiar que supone vivir estas fiestas en casa. Son dos o tres al año, es algo que es entendible y respetable.

NBA Cares

Otro punto benficioso para la NBA es el desarrollo de imagen que Acción de Gracias y sus acciones secundarias suponen.

La NBA vive del poder que ejercen las estrellas que la forman en la sociedad. Su grandeza así lo permite. Esto supone poner la popularidad de los jugadores al servicio de buenas causas, como suele ocurrir en esta festividad. Suele ser de lo más frecuente ver a las estrellas de las franquicias repartirse por las barriadas de sus ciudades para ofrecer regalos y comida a los más necesitados o a los que no pueden disfrutar plenamente de la fiesta.

El programa NBA Cares, que da soporte administrativo para que las estrellas puedan sacar su lado solidario y ejercer una función social más allá de las canchas, es también protagonista en Acción de Gracias. El que no haya partidos crea una nueva jornada para los jugadores, una relajada velada en la que poder devolver las gracias a las comunidades que les acompañan.


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