Kyle Kuzma: la confianza que conduce al éxito

Cuando ves que las grandes universidades se olvidan de ti. Cuando ves pasar los partidos sin que nadie se fije en ti. Cuando escuchas que lo mejor es que olvides tu sueño de ser profesional… No muchos son capaces de levantarse cada día y decir: «No. Lo voy a conseguir». Ese es justo el caso de Kyle Kuzma, un rookie que llegaba hace semanas a la NBA como atrezzo del rejuvenecer angelino, y que hoy puede colgarse con tanto orgullo como razón el cartel de ‘robo del Draft’.

«Todo es posible. Si crees en ti mismo y trabajas tan duro como sea posible, cualquier cosa puede suceder. Yo era un base en mi primer año de instituto y nadie hablaba de mí. Ahora, muchas personas en la NBA han tomado nota de lo que puedo hacer», explica a The Undefeated.

Nacido y criado en Flint, una de las localidades más pobres del estado de Michigan, Kuzma ni siquiera vivió la noche del Draft en Brooklyn. Proyectado como una segunda ronda, su universidad, Utah, se quedó sin invitación, por lo que hubo de seguir la ceremonia desde casa. Y fue por televisión como por fin recibió el respaldo y premio a tanto trabajo.

«Estaba en casa. Había 70 u 80 personas. No cabíamos en casa de mi madre y fuimos a la de una amiga. Fue algo comunitario, a la mitad de la gente ni la conocía. Fue una locura el verme en primera ronda cuando nadie pensaba que sería así. Pero yo sabía desde el principio que sería así. Muchos equipos en los entrenamientos previos decían que era una potencial segunda ronda. Pero dije: ‘De ninguna manera, estaré en la primera'»

Y así fue. Brooklyn Nets lo eligió en el puesto 27 y sus derechos fueron a parar a Los Ángeles Lakers junto a Brook Lopez. Todo ello pese a que en las entrevistas previas a la ceremonia le insistían en que difícilmente tendría sitio en la mejor liga del mundo.

«Sentí que tenía que venderme en todas partes. Al salir de la universidad me situaron entre ser segunda ronda o ni siquiera salir seleccionado. Tenía pocas opciones. Todos me decían que regresase a la escuela. Literalmente, todos. Pero sabía que era mucho mejor de lo que todos pensaban. Así que pasando por el proceso del Draft, tenía la misión de ir a todas las entrevistas, a todos los entrenamientos, y machacarlos», comenta antes de aclarar que su tercera temporada en Utah, jugando y rindiendo contra potenciales altas rondas, supuso un golpe de moral.

«Durante el año jugué contra muchos muchachos que estaban proyectados muy arriba y lo hacía muy bien contra ellos. Entonces pensé: ‘Si estos muchachos están en esa lista, ¿por qué no puedo estarlo yo?’. Di un salto de fe. No sé el motivo de que algunos equipos se olvidases de mi. Se exageró mucho con muchos chicos. Lo hice bien contra muchos draft picks y no sé por qué no me eligieron antes. Los departamentos de scouting no ajustan tanto, supongo. Sin embargo, hay mucha gente que en estos momentos de está pegando bocados».

Cuestión de ética

Kuzma asegura que es su personalidad la que le lleva a creer en sí mismo y a no esperar la ‘palmadita’ de nadie -nunca la ha tenido-. Y por ello, para llegar a donde está, tiene claro que el esfuerzo nunca puede faltar. «Mi fuerza está en mi arduo trabajo, en mi ética de trabajo, en mi confianza y en la forma en que abordo todo esto. Intento no actuar como un novato. Quiero ser un veterano de 10 años. Quiero ser especial. Siento que es así como llegué hasta aquí. Siento que cuando trabajas tan duro se elimina el miedo al fracaso». Ya sea por un motivo u otro, la realidad es que en Los Ángeles Lakers no pueden parar de sonreír con él.


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