Lakers: un motivo para la esperanza

¿Otro artículo más sobre el drama de estos Los Angeles Lakers?

Apartado del camino ya Mike Brown, con Pau Gasol en los focos de la culpabilidad y los tiros libres de Dwight Howard en constante escrutinio, lee uno continuamente como, a cada día que pasa, surge con más fuerza el nombre de Steve Nash como salvador de la, hasta el momento, horrorosa regular season que están protagonizando los, oh sorpresa!, todavía candidatos, Los Angeles Lakers. Craso error.

Es evidente que el regreso del canadiense al equipo, aún sin fecha confirmada pero cada día más cerca, mejorará el ataque oro y púrpura. Nash declaraba hace menos de una semana que todavía no podía correr, que el tiempo de recuperación se estaba alargando más de lo previsto y que quizá su retorno a las pistas podía aventurarse a un plazo que iba entre los 10 días y las dos semanas. Un análisis, en su conjunto, no demasiado alentador si eres un Laker fan y crees que Nash es el paradigma de la salvación.

Pero aunque evidentemente el periodo de evaluación real del mal angelino no empezará hasta que el 10 de los Lakers pise de nuevo el parqué, conviene recordar ahora más que nunca que las opciones de anillo de Los Angeles no pasan directamente solo por su vuelta, o la del mejor Gasol, o la de la defensa, o la del acierto de Howard desde el tiro libre, o la de la aparición del banquillo. No.

De haberlas, éstas están en manos de Kobe Bryant. Quién si no.

Steve Nash y Dwight Howard personifican excelentes individualidades, pero ambos siguen sin poder decir que son campeones de la NBA. En realidad, si esto es así, se debe, precisamente, a que un tal Kobe Bryant se cruzó un día en su camino. Bryant derrotó a los Magic de Howard en las Finales de la NBA de 2009, así como a los mejores Suns de Nash en las Finales de Conferencia un año después.

Gasol y Metta World Peace sí pueden presumir de pedigree de campeón (en dos y una ocasión, respectivamente). Pero los tiempos parecen haber cambiado para ellos, y de qué manera.

Durante las dos últimas apariciones de los Lakers en post-temporada, Gasol y World Peace han estado muy por debajo de su hasta entonces nivel habitual. Ni en ataque ni en defensa, ambos contribuyeron como se debía esperar. Pau Gasol promedió 12,8 puntos y 8,7 rebotes en esos dos últimos Playoffs; mientras Metta World Peace anotaba solo el 41% de sus tiros durante el mismo periodo, o permitía a Kevin Durant (a quien defendía) más de 50% de acierto en sus tiros de campo, que no fueron precisamente pocos, en la serie de la temporada pasada.

Entra aquí el “factor Kobe”. Durante la post-temporada de 2011-12, los Lakers promediaron 96,0 puntos con Kobe en pista, por 84,5 sin él. O 1,95 en el ratio de asistencias por pérdida con Bryant sobre el parqué, por 1,03 sin él. Pero es que en lo que va de temporada 2012-13 los números no son diferentes. Los Lakers promedian este año 105,1 puntos por partido cuando juega Kobe y 87,8 cuando no; y permiten a sus oponentes 96,0 puntos por encuentro cuando juega Kobe y 100,3 cuando no.

En resumidas cuentas, Los Angeles Lakers son un equipo competitivo o un hazmerreír, según cuenten o no con los servicios de Kobe Bryant. Por lo que se puede concluir que, varios factores mediante, Kobe es más necesario para su equipo este año que en cursos anteriores. Y cuando hablamos de un jugador con 5 anillos en su haber, esa no tiene porque ser solamente una mala noticia.

Dicen los que realmente entienden de esto (léase, jugadores y entrenadores) que, una vez conseguido el primer campeonato, las posibilidades de conseguir algún otro son más realistas. Kobe Bryant ya ha pasado por aquí, así que ¿quién se atreve a decir que no pueda volver a hacerlo a pesar de la indirectamente proporcionalidad entre expectativas y realidades?

Muchos detractores de Bryant todavía argumentan que jugó el papel de “Robin” cuando Shaq era el “Batman” del equipo allá por el principio de este siglo. Pero, en realidad, Kobe Bryant nunca fue ni ahora es un role player. Se trata, eso sí, de un líder que sabe dar lo mejor de su talento para su equipo. Y por ello sigue siendo la pieza clave de un posible puzzle ganador en oro y púrpura.

Si Kobe es incapaz de sacar lo mejor de jugadores como Howard, Nash, Gasol, World Peace o hasta Antawn Jamison, los Lakers cuentan con nulas posibilidades de ganar algo. Pero, afortunadamente para L.A., Bryant está bastante acostumbrado a hacer replantear malas predicciones iniciales.

A pesar de todo, pues, el momento de apretar el botón del pánico en los Lakers todavía no ha llegado. No mientras Kobe Bryant tenga aliento competitivo en la reserva.


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