Lockout: Lo que está en juego (V). Northwest Division

Hablar de la posibilidad de perder una temporada entera parece ridículo, simplemente porque hay demasiadas cosas en juego. Dinero, “el momento”, apoyo de los fans, dinero, lealtad, audiencias, dinero… Si ya cuesta hacerse a la idea de perderse algunos partidos, imaginémonos lo que sería la temporada entera.

Pero puede acabar ocurriendo. Mientras las negociaciones continúan, da la sensación que ni los jugadores ni los propietarios tienen intención alguna de moverse de sus respectivas posiciones. A los equipos les conviene llegar pronto a un acuerdo y no solo por el dinero. Una temporada sin baloncesto y, lo que es incluso más importante, sin operaciones en los despachos, puede afectar en demasía todas y cada una de las franquicias de la NBA. Hemos visto ya esta semana lo que puede suceder en la Conferencia Este y en la División Southwest de la Oeste. Continuamos hoy con la División Northwest:

MINNESOTA TIMBERWOLVES: Es el peor equipo de la pasada temporada con tan solo 17 victorias, tiene la séptima peor marca de la Liga en lo que a asistencia a su pabellón se refiere, y es el equipo más comúnmente utilizado como ejemplo para demostrar que el actual sistema económico de la NBA no funciona. Y eso último es porque sus ingresos en televisión local, tickets y memorabilia simplemente no pueden competir con lo que generan, pongamos, Lakers o Knicks. A pesar de todo ello, puede que los Timberwolves sean los que más tienen a perder en su División si acabamos quedándonos sin toda la próxima temporada.

Empecemos con Ricky Rubio quien, a pesar de lo que podía parecer, decidió finalmente este año dar el salto a la NBA. Por múltiples razones, Rubio representa la esperanza, tras una espera que ha resultado atroz para la franquicia. La pérdida de una temporada entera, en este punto, no hace más que alargar aún más dicha interminable espera. También evita a Rubio tener el valioso primer año de aclimatación y desarrollo que necesitan los rookies, lo que no es buena noticia para el equipo. Ricky y su juego, necesitan de oportunidades desde el primer día, pleno apoyo del equipo técnico y química en la pista con el resto de sus nuevos compañeros. Sin temporada no habrá nada de eso.

Más allá de Rubio, existen riesgos financieros también. Lo que puede resultar sorprendente, pues los Timberwolves son, actualmente, el único equipo de la NBA que no tiene a ningún jugador cobrando más de 6,3M$ por temporada el año que viene. Ésta sería para Kevin Love la última temporada con el mismo contrato que firmó de rookie, con lo que Minnesota debería antes del verano de 2012 presentarle una buena cifra de extensión del mismo si no quiere verle fuera del Target Center demasiado pronto. Love ganará la próxima campaña 4,6M$, una ganga respecto a su producción en pista. Si nos quedamos sin temporada 2011-12, los Wolves se verán obligados igualmente a ofrecerle un contrato de máximos sin haber podido beneficiarse del todo de su juego a bajo coste, y eso es duro.

OKLAHOMA CITY THUNDER: Mientras los Wolves necesitan ser guiados en la buena dirección, los Thunder ya llevan un tiempo allí. Con quizá la plantilla mejor diseñada de la Liga, un indiscutible título de la División Noroeste, una presencia en las Finales de la Conferencia y una masa social apasionada y dispuesta a hacer un esfuerzo económico (en forma de subida de los abonos) para ayudar a la franquicia… los Thunder están para comenzar una nueva temporada mañana mismo. Perderla es, así, una pesadilla.

Pensad en cualquier cosa, lo que sea, y será un riesgo para Oklahoma City. Perderían el valor de Russell Westbrook todavía jugando bajo contrato de rookie, como todavía sucede con James Harden y Serge Ibaka, perderían un año de la carrera Hall Of Fame de Kevin Durant, perderían otra temporada con experiencia en los Playoffs, perderían una oportunidad muy buena de llegar a las Finales de la NBA, perderían una temporada con sus ocho jugadores más importantes todos con contrato en vigor con la franquicia, y perderían toda la química que tiene a todo el núcleo duro del equipo jugando juntos año tras año.  

Y lo que es peor, no hay nada a ganar para los Thunder en un escenario de largo lockout, más allá del dinero de más que podría tener un nuevo Convenio Colectivo para un mercado pequeño como el de Oklahoma City. Sin ningún contrato malo en sus libros de contabilidad, no hay ninguna razón financiera por la que OKC podría estar interesada en un duradero parón. En realidad, cualquier cambio en el nuevo Convenio que significara una disminución del límite salarial haría mucho más complicado retener a todo el talento junto, cuando llegue la hora de renovar los contratos a aquellos jugadores que todavía juegan bajo el primer contrato que firmaron al llegar a la Liga. Y con ellos, las posibilidades de seguir ganando quedarían más que comprometidas.

Normalmente, los equipos jóvenes que tienen un largo recorrido en post-temporada no pueden esperar a que empiece una nueva campaña y, con ella, la reválida de lo sucedido. Multipliquemos ese sentimiento por diez, y tenemos lo que pueden estar sintiendo los Thunder.

PORTLAND TRAIL BLAZERS: Se podría pensar que a un roster tan diezmado por las lesiones, un año sabático le podría sentar de maravilla para lamerse las heridas, evaluar daños y programas soluciones eficaces con más tiempo. Pero una temporada perdida no tiene que ser necesariamente bueno para la Rip City. En realidad, es el suyo un retrato confuso.

El principal beneficio estaría claro: los Blazers tiene una situación salarial realmente complicada para la próxima temporada. Brandon Roy tiene contrato All-Star (en la 2011-12 debería cobrar 15M$) cuando su nivel de juego puede que jamás vuelva a corresponderse con ese status. Ahorrar este dinero, junto con los 10,5M$ que tiene comprometidos para la próxima temporada Marcus Camby, es una tentación muy grande para los propietarios de franquicias de mercados pequeños.

Pero además de Roy, la otra gran cuestión es Greg Oden. Perder una temporada entera no va a ir a favor del center, pues Oden no salta a pista desde diciembre de 2009. Un año entero de lockout significaría que Oden extendería su ausencia en la NBA hasta octubre de 2012, y casi tres años es mucho, mucho tiempo alejado del baloncesto. Complica todavía más el panorama el hecho que Oden es ya un agente libre restringido desde este mismo verano, así que, de querer igualar cualquier oferta que se presente por él, ahogarían todavía más su complicada situación salarial (tienen comprometidos 80M$ para la próxima temporada).

Finalmente, los Blazers tienen otra asignatura pendiente en la posición de pointguard. Su nombre es Raymond Felton y llegó la temporada pasada para sustituir a Andre Miller. Felton todavía no ha jugado una cantidad de minutos significativa con ninguno de sus compañeros, a excepción de Gerald Wallace en la etapa de ambos en Charlotte. Felton necesitará una generosa extensión de contrato el próximo verano si los Blazers quieren seguir contando con él, pero una posible temporada perdida pondría en un serio compromiso a la franquicia de Paul Allen, que necesita ver como cuaja Felton en los sistemas de los Blazers y, especialmente, como se desarrolla con LaMarcus Adridge, su nuevo jugador-franquicia, antes de poder ofrecer nada demasiado cuantioso.

En resumen, Portland ya tendría bastantes problemas a resolver sin un lockout. Una temporada en el limbo, ahora mismo, simplemente crearía muchas más complicaciones, haciendo que algunas de las decisiones a tomar respecto a la plantilla fueran mucho más difíciles y, posiblemente, costosas.

DENVER NUGGETS: Se fue Carmelo Anthony, pero llegaron un conjunto de jugadores que no hicieron otra cosa que no fuera potenciar aún más a un roster normalmente ya de post-temporada. Los Nuggets, como los Thunder, están en una posición financiera que sugiere preferir que la temporada se desarrolle con normalidad. No tienen ningún contrato “horrible” en sus apuntes de nóminas, aunque lo que cobran Chris Andersen y Al Harrington sería altamente cuestionable. En realidad, Denver tiene tan solo comprometidos a día de hoy 40M$ en salarios para la próxima temporada, pendientes de lo que acabe sucediendo con Nené Hilario (que recientemente decidió probar las aguas de los agentes libres) o la decisión a tomar sobre J.R. Smith.

Quizá el mayor riesgo de un lockout demasiado largo sea perder un año del rendimiento de Ty Lawson todavía con su contrato de rookie. Y preguntas, no sobran: ¿Cómo van a gastarse el dinero?, ¿A quién traer?, ¿A quién dejar marchar?, ¿Son los jugadores actualmente en plantilla lo suficientemente buenos para luchar para un puesto en los Playoffs?. Sea como sea, los Nuggets tienen espacio salarial suficiente como para aspirar a máximos ya desde la próxima temporada. El peor escenario para los fans de Denver será esperar un año para continuar viendo a su equipo crecer. Y eso, hoy en día, no todos lo pueden decir.

UTAH JAZZ: Si eres seguidor de los Jazz, tómatelo con calma y desea con todas tus fuerzas que las negociaciones por el nuevo Convenio Colectivo se alarguen todavía más. Eso hará que tu equipo se ahorre el año que viene 14M$ en el contrato de Al Jefferson, 10,9M$ en el de Mehmet Okur, 9,3M$ en el de Devin Harris y 8,1M$ en el de Paul Millsap. Mientras Millsap sea probablemente el único que merezca tal contraprestación, los otros tres son una carga financiera para los Jazz en relación con su rendimiento en los últimos años, más para un equipo que envió a su jugador fundacional, Deron Williams, a New Jersey en el trade deadline del mes de Febrero.

Dicho de otra forma, Utah tiene hoy comprometidos 61,5M$ en salarios para la temporada que viene, cuando ahora hace un año tenía solo 48,7M$. Un negocio “redondo”, se mire por donde se mire.

Si financieramente no hay dudas, sí existen riesgos en lo que al desarrollo de jóvenes jugadores primero y recién llegados después, se refiere. Derrick Favors y Gordon Hayward tienen todavía depositadas sobre sí grandes esperanzas en cuanto a su progreso; y sin temporada no hay progreso posible. Enes Kanter (nº3 del Draft) y Alec Burks (nº10) han llegado a la NBA este verano y, como sucede con Ricky Rubio, Kyrie Irving y cualquier otro rookie, necesitan de aclimatación, rodaje y minutos. Especialmente en el caso de Kanter que, de acabarse perdiendo esta temporada, estaría dos años alejado del baloncesto, puesto que el año pasado se lo pasó en blanco en Kentucky.

Aún así, fans de los Jazz, tenedlo claro, en vuestro caso las recompensas económicas superan con creces a los riesgos en forma de desarrollo de jugadores.


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