Maravillosa batalla por el Sexto Hombre del Año

Hasta ocho jugadores con opciones (reales), a falta de 16-19 partidos (según equipo), de ganar el aclamado premio a Mejor Sexto Hombre del Año

Jamal Crawford, Lou Williams, Jamal Crawford, Eric Gordon, Lou Williams… un poco repetitivo el mosaico, ¿no es cierto? Se trata de los cinco últimos ganadores, en orden cronológico, del NBA Sixth Man of the Year Award.

El líder de la segunda unidad. El fenómeno de los banquillos. El jugador que nos empuja a repetir en nuestras cabezas una y otra vez: «si es que no me puedo creer que este tío no sea titular…»

Este año, la batalla por ser reconocido como el jugador más desequilibrante que acostumbra a ver el salto inicial desde el mismo enfoque que Drake o Spike Lee, se presenta apasionante por variopinta.

Crawford es historia (38 años… le ha costado), pero Williams y Gordon (en menor medida) repiten en la pelea. Esta rutina se acabó. A los habituales se le unen, en la presente edición, un puñado de jugadores de los cuales, no menos de tres, parten con todas las posibilidades de alzarse con el entorchado.

Sin más preámbulos, los ocho máximos candidatos a Sexto Hombre del Año.

Montrezl Harrell (Clippers)

Cifras: 25 años. 66 partidos; 4 veces titular. 16,2 puntos, 6,6 rebotes y 1,3 tapones en 26,4 minutos.

De largo, el jugador más beneficiado con las salidas de Blake Griffin primero y DeAndre Jordan después. Este interior claramente undersized, se ha convertido en la alternativa total y absoluta bajo los tableros rivales a pesar de partir como suplente en la rotación de Doc Rivers. La falta de centímetros no duelen en la post Lob-City era. Harrell, un palmo más bajo que la mayoría de sus homólogos, es una máquina imparable de anotar.

Fiero, incombustible, agresivo con el aro y más aún con el contrario (trash-talker de manual); cumple con el prototipo erótico de todo entrenador. Harrell se motiva él solito, y eso es oro para cualquier staff. Si los Clippers no parecen querer saber lo que es el tanking, su ala-pívot ni os cuento. Con el mejor VORP (Value Over Replacement [2,8]) de entre todos los suplentes, el mejor win share (7,1) y el decimoséptimo (a 48 minutos) de toda la NBA, su impacto en el juego se verifica descomunal.

Pero más descomunal es hacer todo esto compartiendo banquillo con quien lo comparte: el sempiterno Lou Williams. Algo que, según se mire y en vistas al premio, puede sumar o puede restar.

*El dato: desde que Darrell Armstrong lo firmara en 1999, ningún jugador ha vuelto a ganar, en un mismo año, el Sixth Man y el Most Improved Player. Harrell es el miembro de esta lista con más papeletas de hacer que ocurra.

Lou Williams (Clippers)

Cifras: 32 años. 60 partidos; cero veces titular. 19,8 puntos y 5,4 asistencias en 26,4 minutos.

Es el máximo anotador de entre todos los suplentes habituales de la NBA. ¿Alguien da más? Todos sabemos quién es y lo que es Lou Williams. Es un Jamal Crawford 2.0., pues éste, además de anotar como una mala bestia, también es un consabido pasador. El mejor asistente entre los no-titulares también, de hecho.

Point guard y shooting guard en uno (un combo guard pero de los de verdad). ¿Qué es lo único que puede alejar a Lou de ganar el trofeo? Que ya lo ha hecho dos veces con anterioridad (vigente campeón), y a la Liga le encantan las historias nuevas.

Pero las estadísticas (ofensivas al menos) están abrumadoramente de su parte. Anota de manera más eficiente que el curso pasado a pesar de contar con seis minutos menos de promedio. De hecho, a 36 minutos estaría en 27 puntos por encuentro, cifra ostensiblemente superior a los dos años en que ganó el Sixth Man (22,2 en la 14/15, y 24,8 en la 17/18).

¿El segundo hándicap? Juega en el mismo equipo y parte del mismo banquillo que Montrezl Harrell, cuyo WS es tres puntos mayor. El fraccionamiento del voto está servido.

Domantas Sabonis (Pacers)

Cifras: 59 partidos; 5 veces titular. 14,3 puntos, 9,3 rebotes y 2,7 asistencias en 24,9 minutos.

El banquillo de los Indiana Pacers es el mejor de la NBA, con Sabonis Jr. como tabique de carga de esta realidad. Con un Plus/Minus a cuatro cuartos de +5,8, los de Indianápolis lideran la liga; Sus suplentes son cuartos en rebotes (segundos en reb.defensivos), primeros en pases de canasta, segundos en EFG% (47,9) y quintos en porcentaje de victorias (64,6%).

Sabonis es nuestro Elton Brand de la rotación (22 dobles-dobles), y con 6,7 win shares (a rebufo de Harrell) se encumbra como el mejor two-way player de entre los candidatos.

Pero su aporte, como recalcan desde The Indianapolis Star, es mucho más que puntos y rebotes. Lidera a su equipo en bloqueos y asistencias tras pantalla por 48 minutos. Es 7º de la NBA en defensive rating (102,8, único suplente en el top-15) y primero entre los suplentes en Efficiency (20,64) por delante de Harrel (19,56) y Enes Kanter (19,26). Su trabajo sucio no entiende de esquinas ni recovecos.

Verle jugar off-ball y al pick-and-roll es una exquisitez; así como que de los Pacers –terceros de conferencia a pesar de la ausencia de Oladipo– se hable tan poco, una creciente preocupación. Que Sabonis pase tan desapercibido en la pugna por el galardón como su equipo en los puestos altos del Este, es algo que temo le termine pasando factura.

Spencer Dinwiddie (Nets)

Cifras: 53 partidos; 4 veces titular. 17,2 puntos y 5 asistencias en 28,2 minutos.

La progresión aquí es apasionante y demuestra, once again, que si la vida da vueltas, más da la NBA. Carne habitual de D-League en sus tres primeros años y moneda de cambio por Cameron Bairstow en 2016 para que los Bulls aligerasen salario, a derrochar motivos para estar aquí, en este post y en este debate, dos años y medio después.

Es el segundo jugador que más anota de los Nets, detrás del All-Star D’Angelo Russell. Encesta, de hecho, casi cinco puntos más que el año pasado (su volumen de tiros también ha subido en paralelo) jugando menos. Atkinson, a pesar de hacerle partir de suplente, confía ciegamente en él. Su nuevo contrato de 3 años y 34,5 millones negociado el pasado diciembre como reconocimiento (y sabia atadura) de la franquicia a su gran labor, es la inmejorable muestra de ello.

Con la lesión de Caris Levert dio un gran paso adelante y ha sido eje fundamental en la hazaña de mantener a los suyos donde están: en puestos de playoffs.

¿Que por qué no ganará el 6º Man a pesar de estar en la rueda? Su campaña es casi una radiografía de la de Lou Williams, con su correspondiente análisis DAFO, solo que sus números, los de Dinwiddie, son, en casi todo, un poquito peores –deffensive win share incluido, donde uno es el 188º y otro el 189º, aunque, a tenor del wingspan de uno y otro [6,1 por 6,6], el impacto del guard de los Nets debiera ser mayor–.

Además, catalogar como suplente a Dinwiddie es hilar fino. De entre todos los fijos en la segunda unidad, es el que más minutos juega (28,1 minutos) desplegando prácticamente un rol (en tiempo de juego) casi de titular (es el tercer jugador con más minutos de los Nets).

Dicho lo dicho, campañón en mayúsculas el del ex de los Buffaloes.

Derrick Rose (Timberwolves)

Cifras: 49 partidos; 13 veces titular. 18 puntos, 4,4 asistencias, 48% en TC% y 37,5% en triples en 27,6 minutos.

En su campaña de MVP, la 2010/11, D-Rose acumuló un win share de 13,1 y un VORP de 6 (para que nos hagamos una idea, el WS más alto este año es el de Anteto, con un 11,6, y el VORP el de Harden, un 7,4).

Este curso, el del milagro, el de su inesperada resurrección, en el que muchos lo han pedido por delante de Jeff Teague en la rotación, el ex de Chicago destila un WS de 3,1 y un VORP de 0,5. Querer no siempre es poder, y que se alineen los astros a menudo no es suficiente.

Rose ha vuelto. Está sano. No sufre lesiones de gravedad. Metió 50 puntos en un partido que nos volvió a todos locos. Yo mismo escribí un artículo con el que empapé el teclado. El hype es global y ni siquiera las casas de apuestas escapan a la orgía.

Y lo más importante: no ha sido flor de un día ni de un mes.

Rose, el mejor Rose de 30 años posible –el que se ha roto el ligamento cruzado y dos veces el menisco–, lo tenemos aquí y rindiendo a un magnífico nivel en Minnesota y posicionándose como el segundo mejor anotador de banca tras Lou. Es la versión más flowerpower de Rose a la que podemos aspirar. El MVP; el que marcaba diferencias como pocos han hecho en la historia; el que con su presencia convirtiera a Chicago, un equipo mediano, en contender absoluto, está extinto para siempre.

Y en actual contexto, no solo el MVP es una quimera, si no que su gran estado de forma no le da ni para Sexto Hombre. No en un equipo que navega, desde que comenzó la temporada, a la deriva.

En un escenario utópico (30 triunfos actualmente, los mismos que los Lakers y a siete de Clippers y Spurs), los T-Wolves realizan una remontada histórica con Towns y Rose a la cabeza y se meten en playoffs. El base vuelve a tirar de tres como en la primera vuelta (por encima del 43%… tras el All-Star no mete una) sin perder un ápice de precisión en sus penetraciones. Y aún así, de jugar todo lo que le queda partiendo de suplente, serían un total de 53 partidos computables para el award. Poco más de la mitad.

Temporada, suceda lo que suceda, para enmarcar la de Rose. But not this year…

Dennis Schroder (Thunder)

Cifras: 62 partidos; 12 veces titular. 15,2 puntos y 4,2 asistencias en 28,7 minutos.

Pocos jugadores hubiesen aceptado semejante cambio de rol –de titular a suplente– adentrándose en sus años dorados, en términos de juventud, en la NBA. Pero así ha sido el caso de este playmaker, tal era su urgencia por salir de los Hawks. Y se ha adaptado magníficamente a su papel en la sombra.

Billy Donovan ha sabido gestionar el abundante talento de su plantilla, y a Schoder no le falta protagonismo ni tampoco jugadas diseñadas para él. Lanza sólo tres tiros menos que el año pasado, cuando era dueño y señor del desierto de Atlanta. Y el banquillo, donde apenas le da tiempo a enfriarse, no ha hecho mella en sus porcentajes.

En OKC han encontrado en Schroder a ese jugador que llevaban buscando desde que James Harden abandonó el proyecto, con scoutings buenos pero fugaces (Kevin Martin, Reggie Jackson, Enes Kanter, Dion Waiters).

El liderazgo y madurez del base en pista está fuera de toda duda, y la rotación de Westbrook nunca ha estado a mejor recaudo; pero su impacto en la alineación se resiente desde Navidad. El +10 en net rating que tenía en diciembre ahora ha quedado reducido a apenas un +3,3, y su 41,2% en tiros de campo –en contraste con el 46% de Dinwiddie o el 48% de Rose– se queda algo cojo.

Buena.. no… notabilísima temporada la del joven teutón. Pero no sobresaliente. No para darle a OKC el segundo Sixth Man de su corta historia.

Terrence Ross (Magic)

Cifras: 65 partidos; cero veces titular. 14,6 puntos, 3,4 rebotes y un 37,1% en triples en 6,6 intentos, en 26,3 minutos.

Claramente, otra de las grandes revelaciones de la temporada. Ross no había padecido ningún calvario con las lesiones al estilo Rose, pero a sus 27 años, la llama del campeón del Slam Dunk Contest de 2013, se apagaba sin apenas haber llegado a alumbrar.

En Game of Zones nos dieron en su momento una caricatura bastante acertada de sí mismo, cuando se produjo el traspaso de Serge Ibaka a Toronto y condicionando así la salida de Ross.

«I am a pretty good 3&D player…ahm, some people might call me inconsistent, so maybe I am not a good 3&D player… ah! and a decorated dunker!

Terrence Ross – GoZ

Este año, con el triple como aliado y una atmósfera de contagioso optimismo, Ross está jugando con total libertad y está respondiendo como casi nadie esperaba a la confianza depositada en él por Steve Clifford. Como highligths, un par de buzzer beaters cruciales (uno para ganar, otro para empatar) en lo que va de temporada.

Su principal tara es que hablamos de un jugador muy unidimensional, y su impacto está monopolizado por su acierto en el tiro. La noche en la que la pelotita no decide entrar, Ross pasa de ser un desahogo a convertirse en un lastre. Su usage es el segundo más alto del equipo (solo por detrás de Vuvevic) y su net rating es preocupantemente negativo (-3,3), por lo que su manera de monopolizar el balón en ataque, siendo un jugador que no asiste y apenas rebotea (aunque si se está notando este año su coraje atrás), cuesta tildarla de eficiente.

Un jugador entretenido y a ratos espectacular de ver, pero que se asemeja más a aquel Nick Young de Lakers súbitamente maduro tras conato de despido, que las metía en ataque y bajaba el culo en defensa, que al prototipo de Sexto Hombre del Año.

Aunque… por otra parte, los Magic, con una plantilla de lo más escasa, están cerca de alcanzar algo en lo que pocos tenían Fe: los playoffs. Una variable siempre a tener en cuenta en la adjudicación de este galardón.

Dwyane Wade (Heat)

Cifras: 54 partidos; cero veces titular. 14,2 puntos, 4,3 asistencias y 3,8 rebotes en 25,8 minutos.

El segundo curso baloncestístico (de diecisiete) con menor promedio de anotación en la Hall of Famer career de Dwyane Wade, es precisamente el que le abre las puertas a un trofeo que nunca imaginó ganar. Pero el escolta de los Heat ha envejecido con más clase y elegancia que el mejor tinto en barrica. Y aquí estamos, ante un nuevo párrafo de onanismo deportivo.

Wade ya tuvo su homenaje, junto con Dirk, en un gesto nunca antes visto en la NBA, disputando el partido de las estrellas sin haber obtenido la preceptiva nominación. Pero es cierto que sus últimos partidos, con alguna que otra actuación antológica (a la pata coja ante GSW), nos hacen dudar.

Los Heat bailan sobre el hilo y todos empiezan a estar pendientes de la próxima cabriola nostálgica en pista con la que poder vitorear a mano abierta a Wade.

De dinámica irregular, Flash está alternando noches por encima de los veinte tantos con otras en los que no alcanza los diez. Pero la clase, el control del tempo, el IQ, incluso (últimamente) el físico, se mantienen intactos. La retirada, insoslayable en un Dirk al que le faltan la muletas, se asume a regañadientes en un Wade que, aunque lejos de su prime, va sobrado para humillar todavía a media liga.

Se irá de la NBA como Aragorn del mundo de los mortales. Con el mentón alto el bote rápido y el dribling por delante mientras Arwen (es decir, tú, yo… todos nosotros) llora, amarga, junto a su tumba. Porque Wade es de esa estirpe numenoreana. La de Kobe. La de Jordan. La de Miller.

(Hipotético): Si en la pugna por el 7º y 8º puesto con Detroit, Charlotte, Washington y Orlando, es él quien, en una última jornada a vida o muerte, logra la clasificación ejerciendo de protagonista, imposible calcular la de votos que, fruto de su leyenda y víctimas del pathos, podría llegar a arrastrar.

¿Quiénes se quedan (por poco) fuera?

  • Eric Gordon, Rockets: 16,3 puntos en 32,6 minutos (sólo 15 partidos como suplente de los 51 posibles).
  • Bogdan Bogdanovic, Kings: 14,7 puntos y 4 asistencias en 28,6 minutos.
  • Kelly Oubre Jr., Wizards y Suns: 14,6 puntos en 27,5 minutos.
  • Jordan Clarkson, Cavaliers: 16,9 puntos en 26,9 minutos.
  • Malik Beasley, Nuggets: 11,7 puntos y 43% en triples en 24 minutos.
  • Fred VanVleet, Raptors: 10,5 puntos y 4,6 asistencias en 26,8 minutos.
  • Enes Kanter, Knicks y Blazers: 13,4 puntos y 10 rebotes en 24,7 minutos.
  • Larry Nance Jr., Cavaliers: 9,2 puntos, 8 rebotes, 3,1 asistencias y 1,4 robos en 26,3 minutos.
  • Mitchell Robinson, Knicks: 6,7 puntos, 5,3 rebotes y 2,3 tapones en 18,7 minutos.

*Datos obtenidos de Basketball-Reference, HoopsStats y NBA.com
(Fotografía de portada de Sean M. Haffey/Getty Images)


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