LeBron, los extraterrestres y el draft de 2003

No, no es normal. Nos encontramos una vez más ante una actuación brillante, antológica y verdaderamente especial de LeBron James. Y no, no es normal.

A sus 33 años (casi 34 ya…), el rey rompió ayer otra puerta. Tiró sin parar, se llevó un triunfo importante por el camino y superó al mítico Wilt Chamberlain para colarse en el Top-5 histórico de máximos anotadores de la NBA.

Allí sentados, esperando en el Olimpo, LeBron se encuentra a cuatro leyendas con las que comparte talento, trabajo, cientos de récords y un secreto: la longevidad profesional.

Los dos primeros de la lista, Kareem y Karl Malone, son también los dos jugadores que más minutos han disputado en la historia de la competición. El tercero es Kobe, que se retiró con 20 campañas a su espalda. Y el cuarto, Don Michael Jordan, que probablemente (casi con toda seguridad) sería el primero si no se hubiera dejado cuatro años por el camino.

LeBron entra en el Top-5 con carrera por delante. Tanta (TANTA) que la sensación a día de hoy, dado su estado físico y sus condiciones absolutamente extraterrestres, es que se colocará con muchísima facilidad en el Top-3. Y a partir de ahí que nos sorprenda, pero por poder…

De LeBron es increíble casi todo. De locos casi todo. Imposible casi todo. Vive en un mundo paralelo en el que anotar 44 puntos, capturar 10 rebotes, repartir nueve asistencias y poner tres tapones con un 68% de acierto en los tiros en tu temporada número 16 en la NBA y con una acumulación de minutos salvaje en las piernas es posible. Pero no lo es… Nosotros sabemos que no lo es.

Nadie…

Nadie había conseguido una línea semejante en su decimosexta temporada. Y tampoco hacia delante. No al menos en los últimos 35 años (hasta donde llegan las bases de datos de rebotes, asistencias y tapones de basketball-reference). Tampoco un 40+10+5, aunque algunos estuvieron muy cerca… ¿Y 40 puntos? Kareem, Kobe (15 veces), Dirk, Malone y Shaq. Como es habitual en LeBron, malas compañías… Solo un pequeño grupo de extraterrestres.

2003

LeBron es inhumano. Entró en la liga con 18 años en 2003, número uno de una de las mejores camadas de la historia. ¿Os acordáis de aquel draft? Darko Milicic (cero), Carmelo Anthony (…), Chris Bosh (terrible su adiós), su gran amigo Dwyane Wade (último baile), Chris Kaman (out), Kirk Hinrich (out), T.J. Ford (out)… La lista sigue y aparecen ilustres retirados como Boris Diaw, Nick Collison, David West o el propio Luke Walton, que ahora entrena a LeBron en los Lakers mientras éste mete 40 puntos, captura 10 rebotes y reparte nueve asistencias. Tela…

¿Y vosotros, dónde estabais en 2003? Yo acababa de empezar a devorar baloncesto con apenas 11/12 años, mis ídolos llevaban trenzas en la cabeza y pantalones gigantes. Ahora, ellos llevan pitillos y yo llevo cinco años dedicándome a esto. Ha llovido… En realidad, ha cambiado todo. Todo menos LeBron.

Hoy solo quería que, una vez más y para no perder las buenas costumbres entre la nube de números de ciencia ficción, volviéramos a darnos cuenta de que no, lo de LeBron no es normal. Porque no lo es… Lo de LeBron es increíble. Es historia (con mayúsculas) de la NBA.


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