Brooklyn está viendo crecer a la última perla del baloncesto letón.
Lo primero que quiero hacer hoy es dar las gracias. A nbamaniacs, a su director (Elio Martínez) y a todos los lectores/redactores. Ayer escribí la columna número 50 en esta sección, y no puedo estar más contento. Está siendo un auténtico lujo poder escribir/contar cada mañana con total libertad lo que más me apetece e interesa de lo que ocurre en la mejor liga del mundo. Así que gracias. A todos. Y vamos con la columna número 51.
Últimamente tengo el ojo puesto en los jugadores de rol y en su evolución en la liga. Cada día, más importantes (casi imprescindibles, diría) en los grandes equipos y más peso en las victorias. Hace unos días hablé de Monte Morris (Denver), quiero hablar pronto de Jerami Grant y hoy me voy a quedar con Rodions Kurucs, la última perla letona.
El número 40 del draft 2018 vivía frustrado en Barcelona hasta este pasado verano. Sin tiempo/opciones para brillar, no encontraba el camino en un equipo que le fichó con 17 años y nunca le dio continuidad en ACB. Ahora, meses después, se ha quitado la máscara y está siendo clave en un equipo NBA que ha ganado nueve de sus últimos 10 partidos (mejor equipo NBA desde el 7 de diciembre). Ni tan mal, eh.
La temporada de los Nets hasta el momento se puede dividir fácilmente en tres etapas muy claras: el tramo con LeVert (que iba para Jugador Más Mejorado), la caída al vacío tras su lesión y esta última racha que ha devuelto al equipo directamente a la lucha por los playoffs en la conferencia este. Del espectacular trabajo de Atkinson hablaremos otro día, porque tiene miga. Pero hoy me voy a centrar en Kurucs.
Las lesiones, una oportunidad
Hasta hace unas tres semanas, el jovencísimo letón igual jugaba 20 minutos que no se quitaba el chándal. Volvían los fantasmas de Barcelona y de su falta de continuidad. Incluso jugó cuatro partidos de liga de desarrollo (G-League)… Pero entonces, con Atkinson buscando respuestas para un equipo que no levantaba cabeza tras la lesión de uno de sus mejores jugadores, aparece la gran oportunidad. Y Kurucs empieza a entrar en una rotación que gana tres partidos consecutivos. La primera piedra estaba puesta.
Después apareció la ‘suerte’. Una lesión de rodilla de Allen Crabbe dejaba un nuevo puesto libre en el quinteto titular. Y Aktinson, contento con el rendimiento del novato en los últimos partidos del equipo, le da al rookie su primera titularidad. ¿La respuesta de Rodions? Casi 30 minutos, 5/6 en los tiros y 1/1 en los triples para 15 puntos y seis rebotes totales en otro triunfo de los Nets. Sólido como una roca.
Desde entonces, seis partidos más como titular, casi 30 minutos por noche, 13 puntos (sería sexto entre los novatos), +50% en los tiros, un 40% en los triples, seis rebotes y cinco victorias más de los Nets. Allen Crabbe aún no ha vuelto a vestirse de corto (le queda muy poco), pero pase lo que pase con el quinteto titular, no tiene pinta de que Kurucs vaya a perder ya sus minutos al nivel que está…
El complemento perfecto
Y aún hay más. En sus últimos tres partidos, ha disputado 35 minutos de media, aportando 17,7 puntos (sería cuarto entre los novatos) con un 54% en los tiros y un 55% en los triples, además de sumar 8,3 rebotes (tercero entre los rookies). Un partido de 24 puntos y dos dobles-dobles consecutivos. No para de crecer…
Kurucs, que tiene un potencial tremendo en defensa (grande, buenos pies, brazos larguísimos e instintos), jugó ayer cuarto cuarto y dos prórrogas persiguiendo a Kemba Walker, Malik Monk o Tony Parker. Sumad la capacidad para defender pequeños desde su 2,06 a la tranquilidad de un veterano para esperar su turno sin precipitarse en ataque (no falla/casi no comete errores) y a un gran lanzamiento de tres puntos… Los equipos de la NBA se desviven actualmente por este tipo de talento. Es casi obligatorio para los 30 equipos de la Liga.
Como poco, un 3+D de garantías. Como poquísimo. Tenían oro en Barcelona.
(Fotografía de Mike Stobe/Getty Images)