NBA: Diez traspasos de impacto pendientes

Aunque todavía reina la incertidumbre al tiempo que empieza a florecer un moderado optimismo al respecto, el lockout que mantiene parada a la NBA es deprimente. Y lo es en muchos sentidos. Quizá uno de los que más es en que nos estamos perdiendo lo que hubiera podido ser uno de los veranos más activos en lo que a traspasos e intercambios de jugadores se refiere, en la historia reciente de la Liga.

Con algunas grandes estrellas deseando migrar a mejores equipos o mayores mercados potenciales, y un buen puñado de muy buenos jugadores cobrando en exceso en su último año de contrato, los cambios de uniforme se estarían ahora dando seguro a una media diaria asombrosa. Sea cuando sea que esta tortura del cierre patronal termine, habrá que seguir con lupa el devenir de estos diez nombres de impacto en la NBA:

Deron Williams (NETS): La adquisición de D-Will por parte de los Nets estuvo desde un principio basada más en la necesidad que en la lógica. Lo que ahora puede acabar costando caro para New Jersey. Los Nets se dejaron a cambio demasiado joven talento, y sin una póliza que asegure que Williams continuará en la franquicia cuando ésta se desplace a Brooklyn. Tomando en consideración las declaraciones del base, su lenguaje corporal y su apático comportamiento en pista, uno puede llegar a asumir que quizá deba ser traspasado de nuevo la próxima temporada. Será muy interesante de ver si, a cambio, los Nets consiguen como mínimo el mismo talento que dejaron marchar.

Chris Paul (HORNETS): Seamos honestos. La única cosa que hizo que Paul no fuera ya traspasado el verano pasado fue una tragedia. Una vez el petróleo se desparramó por todo el Golfo de México afectando las costas de los estados más sureños de Estados Unidos, es posible que Paul tomara una decisión más con el corazón que con la cabeza, y no quisiera añadir más “devastación” a la zona con su salida de New Orleans. Pero ahora que ese mismo petróleo está ya fuera del circuito de noticias, llega la hora en que Paul debe centrarse en qué es lo mejor para su carrera baloncestística. Su última actuación contra los Lakers en los pasados Playoffs puede que sea de las mejores que se han visto nunca por parte de un base puro, aunque dejó también bien a las claras el problema que acarrea en su franquicia actual: no tuvo ninguna ayuda. Será difícil ver a los Hornets pudiendo añadir talento a su alrededor, pues la franquicia es propiedad de la Liga y la intención clara de ésta es acabar recolocándola. Por ello, quizá un traspaso sería lo mejor para ambas partes.

Dwight Howard (MAGIC): Puede que Howard lleve meses declarando públicamente lo que se espera escuchar de él, pero no es muy difícil adivinar que su voluntad no es la de pasar toda su vida deportiva en Orlando. Aún con la desastrosa distribución salarial de la plantilla de Van Gundy, sigue costando ver a ese equipo anclado en la quinta posición del Este. A no ser que Howard esté contento con dicho estancamiento, su traspaso llegará más pronto que tarde. Se apunta a algún gran mercado como el que pueden ofrecer Lakers o Knicks. Habrá que verlo.

Josh Smith (HAWKS): Con la franquicia de Atlanta en no menos que estado un de ruina financiera, los días en los que los Hawks podían llevar la carga de cuantiosos contratos parecen haber terminado. Y en vez de estar enrocados en el purgatorio de la NBA, parecería lógico que Atlanta Hawks tratara de colocar a un jugador tan completo como Josh Smith, esperando recibir alguna ayuda a cambio. Smith encajaría a la perfección en equipos que corran la cancha como Suns o Knicks, pudiendo ver por fin su enorme potencial a pleno desarrollo.

Andrew Bynum (LAKERS): Los Lakers van a tener que desprenderse de mucho más que promesas de la NBDL sin quieren hacerse con los servicios de Dwight Howard. Y el nombre que suena en todas las redacciones para ser incluido en tan magna operación no es otro que el de Andrew Bynum. Porque Bynum tiene el potencial suficiente como para ser uno de los centers más dominantes del panorama actual, pues sabe utilizar su altura casi mejor que nadie en toda la Liga. El problema está, obvio, en el hecho de ver siempre acompañado su nombre de un asterisco cuya referencia son las continuas lesiones que sufre.

Andre Iguodala (SIXERS): ¿Será duro para los 76ers traspasar a quien ha sido la cara de la franquicia en los últimos años? Sin duda. No por ello deja de ser la opción correcta. Los Sixers son ahora un equipo joven y talentoso que no necesita más del juego y actitud que Iggy puede representar. Es más, habría que tratar de conseguir más juventud y más talento en su intercambio. Iguodala es todavía uno de los jugadores más agradables de ver en el contraataque… pero ese, y solo ese, es esencialmente su juego. Philadelphia requiere de un jugador más multifuncional para llegar a ser aspirantes en la complicada Conferencia Este.

Tayshaun Prince (PISTONS): La era en la que Tayshaun Prince y los Pistons se necesitaban mutuamente ya pasó. Prince era perfecto cunado su defensa apagaba las luces de la estrella rival en aquellos Pistons tan duros. Hoy, con un equipo ingenuo, débil, joven y perdedor, Prince aparece como un jugador del todo fuera de sitio. Así que traspasarlo dejaría también para la franquicia de Michigan un espacio salarial más que apetitoso, al tiempo que daría la oportunidad al jugador de aportar su inmejorable defensa a algún aspirante serio que la pueda requerir.

Monta Ellis (WARRIORS): El dúo Monta Ellis / Stephen Curry es tan excitante de ver como ilógico de soportar. Con ambos, los Warriors tienen a dos jugadores que son casi exactamente el mismo (bien, Curry es mejor tirador y Ellis penetra más eficientemente, pero básicamente esto es lo que es). Mientras no se juegue con dos balones, no tiene sentido para una franquicia como la Oakland tener a dos jugadores que necesitan de tantos tiros al acabar un partido. Y en este escenario, Ellis parece más traspasable, pues es mayor y, sobretodo, quizá un poco más egoísta en pista que Curry. De conseguir a cambio los Warriors un big man eficaz, el ataque de Golden State sería mucho más equilibrado.

Steve Nash (SUNS): Si a los Suns les queda alguna dignidad como organización, deberían traspasar ya de una vez por todas a Nash y dejar que termine sus días de baloncesto en una franquicia que realmente pueda aspirar a ganar el anillo. De alguna forma u otra, con más o menos fortuna, fue Nash quien llevó las riendas de la totalidad del equipo la temporada pasada, aún quedando fuera de la post-temporada. Y es que Nash (junto con Amar’e Stoudemire durante algunos años) lleva tirando del carro de Phoenix durante muchos años, así que ya es hora que los Suns le liberen mediante el traspaso que tanto se merece.

Brandon Roy (BLAZERS): Los Trail Blazers ya lo dejaron claro al terminar la pasada temporada: no quieren ver más ni a Brandon Roy ni a su cuantioso contrato. En Portland, sin embargo, parecen haber olvidado lo valioso del liderato de Roy en pista, así como su innato talento, trabajo duro y perseverancia… más allá de esas malditas y maltrechas rodillas. Demasiado riesgo, demasiado dinero. Roy puede ser de una enorme contribución saliendo del banquillo en un buen puñado de equipos aspirantes al anillo, así como volver a liderar cualquier franquicia de solucionar sus problemas físicos.


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