Renovar a Chandler, todo o nada para los Mavs

Resulta muy interesante ahora reflexionar entorno a lo que el título de los Dallas Mavs nos dice sobre el presunto modelo de éxito de reunir a múltiples superestrellas en un mismo conjunto, y preguntarnos cuál es el sitio de estos Mavs en la historia de la NBA. Al respecto de esto segundo, el prestigioso analista NBA de la ESPN John Hollinger especula, no sin razón, que Dallas puede ser algo así como un campeón solitario, que quedará situado entre las dinastías de los súper equipos de Lakers y Spurs del pasado más reciente, y las próximas dinastías de Miami, Oklahoma City o Chicago que estén por venir.

Solo una cosa es cierta. Por al menos un año, los Dallas Mavericks fueron el mejor equipo de la Liga, y eso es lo que realmente importa. Conseguir una pequeña dinastía debe ser el objetivo de cualquier ambicioso equipo, pero cada temporada NBA es única, con sus propias características en forma de lesiones, plantilla y, quizá de forma más determinante, enfrentamientos de post-temporada. Ser el último equipo que queda en pie tras todo ello es un logro monumental, así que ganar “solo” un anillo para nada quita valor a lo que Dallas este año (o los Celtics de 2008, los Heat de 2006, los Pistons de 2004 o una buena docena de equipos más) ha conseguido.

Los Mavs son campeones, pero vuelven a ser viejos (al menos, un año más), así que volvemos a estar todos preparados ya para desestimar sus opciones de Back to Back, de camino a lo que se presume nueva era de las súper franquicias sin identidad (Heat, Thunder y, aunque menos, Bulls) que parece que lo dominarán todo las próximas temporadas.

Pero en este sentido Mark Cuban lleva haciendo hace tiempo una cosa interesante: explotar al máximo todas las normas sobre límite salarial que le permitan gastar mucho a corto plazo mientras mantiene un espacio salarial relativamente cómodo libre en el largo plazo. En otras palabras, a pesar de todo lo desembolsado hasta ahora por Cuban, los Mavs pueden enorgullecerse de tener un buen espacio salarial vacío de cara al final de la próxima temporada y más allá.

Aunque, obviamente, es muy difícil hablar de futuro sin saber cómo quedará el paisaje en el que las franquicias NBA puedan moverse salarialmente, tras las negociaciones que estos días se producen con mucha intensidad por la firma de un nuevo Convenio Colectivo, existen cuatro cosas que ya destacan sobre los Mavs:

1) Deberían tener más flexibilidad en los salarios a de sus jugadores bastante pronto.

2) Conocemos a Cuban sobradamente, así que sabemos que va a tratar por todos sus medios de rodear a Dirk Nowitzki de más y nuevo talento, a medida que el MVP de las Finales va sumando años.

3) Tienen algunos jugadores jóvenes que pueden ofrecer progresos más que satisfactorios ya en la próxima temporada, en nombres como Rodrigue Beaubois, Dominique Jones o Corey Brewer.

4) A muy corto plazo, la absoluta prioridad debe ser la renovación de Tyson Chandler, que no será para nada barata.

Se puede hablar también de cualquiera de los otros jugadores que este verano serán agentes libres (caso de J.J. Barea o Caron Butler), pero estos dos ya campeones son reemplazables. Chandler no lo es. Ningún big man que quede libre este verano se acerca ni por asomo a la contribución que da Chandler a su equipo en los dos lados de la pista. Samuel Dalembert por ejemplo (por cierto, objetivo de los Heat para este verano), puede darte rebotes y taponarte algunos tiros, pero jamás podrá luchar cuerpo a cuerpo con LeBron James o Dwayne Wade cuando éstos se encuentran muchos centímetros por encima del aro, como sí ha hecho Chandler. Tampoco Dalembert podrá jamás dinamizar el pick & roll al tiempo que anota una docena de puntos relativamente fáciles mientras Nowitzki actúa como reclamo en el perímetro para las defensas rivales. De hecho, los números de la estadística +/- de Chandler esta temporada hablan por sí solos. Solo Nowitzki ha tenido mejor registro en los Mavs en ese aspecto, y ningún otro miembro del roster ni tan siquiera se les ha acercado.

Seamos claros: Tyson Chandler ha sido el segundo jugador más importante de la plantilla de Dallas esta temporada. Él solo ha cambiado completamente la identidad de los Mavs y, de ninguna manera, la franquicia de Texas habría conseguido su primer anillo de su larga historia sin Chandler. Pongámoslo de otra forma: los Mavs van a dar un paso atrás la temporada que viene de perder a Chandler este verano. Sin él en el equipo, no hay forma de competir contra Lakers, Thunder o incluso contra los correosos Grizzlies.

Y eso no significa que renovarle no sea una posición sin riesgo alguno. Chandler está casi en los 29 años, una edad en la que normalmente los jugadores ya han llegado a su pico de rendimiento, y posee un historial de lesiones digno de mención. Obviamente, ahora está en plena forma, y quizá los problemas que acusó en la pierna y en un pie en 2009 y 2010 le hayan ayudado ahora, pues dejó de jugar una gran cantidad de minutos en esas respectivas temporadas. Además, renovar a Chandler por muchos años y mucho dinero amenazará a la estabilidad salarial que Dallas puede conseguir en las futuras campañas, sabiendo como sabemos que Cuban hará todo lo que esté en su mano (mejor dicho, en su bolsillo) para entrar con fuerza en la dura carrera que será para muchas franquicias la posibilidad de contratar a Dwight Howard, Chris Paul o Deron Williams en el verano de 2012.

Aún así, los Mavs deben firmarle de nuevo. Y cuanto más corto sea el contrato, mejor. La firma del nuevo Convenio Colectivo (de producirse) puede ayudar a Cuban en este sentido. La NBA es terreno muy, muy delicado, especialmente entorno a los big men. Chandler puede ser la tabla de salvación de Dallas ahora, y su principal problema en un plazo de cuatro temporadas. No importa, puesto que el “ahora” es aquí lo más significativo, y Chandler es de esos jugadores con los que debes rodear a un súper clase como Nowitzki. Además, cabe considerar incluso la opción de renovar a Chandler hoy y, de necesitarlo, usarle como moneda de cambio en algún traspaso importante que esté por venir.

En los Mavs así pues, todo empieza ahora con Chandler y lo demás es secundario. Dallas aspirará a todo el año que viene sí y solo sí Chandler continúa en la franquicia. De conseguirse, los de Cuban seguirán, como cada año, siendo viejos. Pero además de ser ya campeones, seguirán aspirando a serlo de aquí a un año.


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