Ricky Rubio no progresa y comienza a cuestionarse su juego

La mala racha del base catalán no ha pasado desapercibida tanto para los medios españoles como para los norteamericanos, donde se empieza a cuestionar el talento de uno de las mayores promesas del deporte español. Líder en robos y un gran asistente, su punto débil está siendo su tiro, especialmente dentro de la zona. Si el de El Masnou no cambia su dinámica, va camino de ser uno de los peores bases de la historia moderna de la NBA en lo que se refiere a porcentaje anotador. Y es que los Wolves, necesitan de su aportación para levantar el vuelo y clasificarse para los Playoffs.

La contribución de Rubio en el apartado colectivo es muy importante para el equipo de Minneapolis. Ricky es el líder de la competición en robos, con 2,7 por partido, es el sexto asistente del torneo, repartiendo 8,6 asistencias por choque, pero sus promedios de tiro son de 35% dentro de la zona, siendo mejor sus porcentajes desde el perímetro con un 37% en los triples. Estos números lo sitúan como el peor base de la NBA en esta faceta.

Con 31,4 minutos por encuentro, el base de Minnesota anota 8,6 puntos, su sustituto, J.J. Barea, 8,7, aunque el de Puerto Rico tan solo juega una media de 18,8 minutos. En los últimos partidos, como frente a los Kings, Rick Adelman, entrenador de los Timberwolves, hizo disputar todo el último cuarto a Barea, hecho que contrasta con la temporada pasada, donde Rubio era un fijo en los momentos decisivos.

A nivel personal, Rubio está pasando por un mal momento. El pasado viernes, los medios de comunicación se hicieron eco de unas declaraciones donde el catalán afirmaba que no se sentía cómodo dentro de la cancha y además señaló que no se divierte como antes, hecho que está influyendo negativamente en la marcha de su equipo. Su pobre actuación en el último partido frente a Toronto Raptors (6 puntos y 4 asistencias) no hacía nada más que confirmar las malas sensaciones de la presente campaña.

En los dos últimos encuentros, el doble choque contra Utah saldado con dos victorias para los Wolves, Rubio ha tirado menos. En el primer partido, el sábado, solo efectuó seis lanzamientos anotando dos anotando el único triple que intentó. Pero lo mejor llegó en la madrugada de ayer con una gran actuación, 13 asistencias, 3 de 5 en tiros de 2 (60%), un 50% en triples y 5 robos. Fue uno de los jugadores más determinantes en el Energy Solutions Arena.

Ricky ha empeorado sus números con respecto a temporadas anteriores

Es el peor año de Rubio en sus promedios desde la zona. El base de los Wolves ha empeorado sus registros en el tiro con respecto a otras temporadas. En la campaña 2011-12 sus porcentajes eran del 35%, mientras que el curso pasado promediaba un 36%. No en vano ha mejorado en los lanzamientos triples ya que en la 2012-13, tenía unos pobres registros de 29%. Con respecto a su primer año ha perdido algo de peso dentro del equipo jugando una media de 3 minutos menos por encuentro. Se podría decir que Rubio se ha estancado.

Causas del estancamiento de Rubio y margen de mejora

En primer lugar, la prensa especializada señala varios aspectos a tener en cuenta en el estancamiento del base catalán. Uno de las principales causas fue la grave lesión que sufrió en 2012, quizás en su mejor año, ya que le condicionó para el inicio del siguiente curso.

En segundo lugar, uno de los males que afectan a Ricky es el exceso de presión que se impone así mismo como señaló su entrenador Rick Adelman. Según el coach de los Wolves, el catalán se obsesiona cuando algo no le sale bien. En tercer lugar, Minnesota no destaca actualmente por ser una franquicia que desarrolle el potencial del puesto de base; los casos Jonny Flynn, Ramon Sessions, Sebastian Telfair o Luke Ridnour son algunos ejemplos.

Por último, los expertos señalan su falta de decisión a la hora de afrontar un lanzamiento a canasta. Al contrario que otros bases, como Lillard, Curry o Parker, jugadores con grandes promedios y con una gran confianza cuando lanzan al aro, Ricky Rubio se muestra indeciso e incomodo en situaciones aparentemente fáciles, fallando tiros sencillos y provocando el murmullo entre los fans, especialmente en el Target Center.

En cuanto al margen de mejora de Rubio es todavía muy amplío. Su juventud, 23 años, son su mejor aval. Según señalan algunos especialistas sería muy difícil corregir los problemas en medio de temporada ya que en la NBA casi no hay tiempo para entrenar fundamentos: partido, recuperación, partido. Es en el verano y la pretemporada donde tanto Ricky como los Wolves deben trabajar duro para corregir su tiro.

El niño prodigio del deporte español

Cuando Ricky Rubio debutó a la NBA en diciembre de 2011 despertó una gran expectación. Llegó con estrella, era el niño prodigio del baloncesto español que con tan sólo 14 años había debutado en la ACB. Previamente, en 2008, se colgó la Plata en Pekín sorprendiendo con su talento. Al año siguiente, fue elegido por los Wolves en Draft de 2009 en la 5ª posición. Tras dos años donde ganó todo con el F.C. Barcelona decidió irse a Estados Unidos a jugar con los mejores del mundo.

Su primera temporada prometía mucho, y hasta la lesión sus promedios eran espectaculares para un novato, pero pasados dos años los aficionados de los Lobos de Minnesota esperan más de Rubio. No es para menos. Aunque el problema en el promedio de tiros lo arrastra desde que jugaba en España, es hora de mejorarlos.

A la franquicia de Minneapolis, Ricky le debe algo. Tiene potencial y recursos de sobra para corresponder esa confianza con la magia que no hace tanto desprendía su juego. Solo tiene 23 años y toda una carrera por delante para demostrar que, efectivamente, aun puede ser uno de los mejores bases del planeta.


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