Rockets: a una estrella de distancia

Una más.

Los Houston Rockets necesitan solamente una estrella más que poner al lado de James Harden y Jeremy Lin para hacer realidad la plena extensión de su potencial.

Porque, por muy prometedor inicio de temporada que los Rockets hayan tenido, todavía falta algo… falta alguien. Así que ¿quién, o quizá dónde, está el vacío que requiere ser ocupado?. Desde luego, no en el backcourt, en el que Harden y Lin acumulan actuaciones admirables.

James Harden lidera la NBA en anotación con 30,3 puntos por noche, además de ser capaz de coger 5,5 rebotes y repartir 5,3 asistencias de media en cada partido. Su 49,4% de acierto en el tiro es más que destacable, al tiempo que lleva las pilas puestas también en defensa, con dos robos y medio por encuentro. No anda Jeremy Lin con los hombros caídos al respecto, tampoco. Lin viene promediando 13,0 puntos, 5,5 rebotes y 7,0 asistencias por partido. Su ratio de asistencia por pérdidad está en 2,3 y lleva esforzándose en defensa más de lo que solía, promediando 3,2 robos en cada choque hasta el momento (actual segundo mejor registro de la Liga).

El rendimiento combinado de las dos más apreciables caras de estos nuevos Rockets ha impulsado al equipo a ganar dos de sus cuatro primeros encuentros, poniéndolos sobre la mesa de la detestable y ahora temprana conversación de equipos aspirantes a la post-temporada. Pero, ¿son de verdad un equipo de nivel Playoffs?. O, mejor aún, ¿Deben Harden y Lin simplemente aceptar el hecho que su destino es la post-season y conformarse con ello?

Por supuesto que no, pues este equipo es mejor que todo esto; o dicho de forma óptima, tiene el potencial para ser mejor que eso. Tan solo necesitan una pieza más.

Claro que ha habido otros jugadores de Houston cuyo rendimiento ha impresionado hasta hoy. Omer Asik continúa reboteando y taponando a ratios alarmantes, aún sin demasiada brillantez con el balón en las manos cerca del aro. Marcus Morris y Patrick Patterson han mostrado flashes de poder ser aquello a lo que aspiraban. Y hasta Cole Aldrich y Toney Douglas han fortalecido su papel importante en la rotación del equipo.

Pero no es suficiente. Harden y Lin han cambiado a los Houston Rockets. Pero no los han cambiado lo suficiente.

De ninguna manera se trata de menospreciar la importancia que los actores secundarios de Harden y Lin han tenido hasta el momento, pero son simplemente eso, actores secundarios. No prolíficos dignatarios, en ningún caso, que serían exactamente lo que Harden y Lin necesitan; lo que los Rockets necesitan.

Juntos, James Harden y Jeremy Lin se han convertido en uno de los tándems en el backcourt más formidables de la Liga. Ya se ha hablado de la grandilocuencia de sus números, pero es que la inmediatez de su química en pista es, como poco, muy brillante. Pero la ferocidad de su backcourt llevará a Houston hasta donde pueda llegar. Y no más allá. El equipo necesita a alguien en el frontcourt que también genere tanta atención de las defensas contrarias como la que ahora generan Harden y Lin.

Los Rockets necesitan a una pieza más ahí abajo a la que poder recurrir, una tercera estrella que pueda ser la diferencia entre una victoria y una derrota en la prórroga como la que recientemente sufrió Houston ante los Blazers.

Porque sí, reunir a un Big Three está resultando ser ya un cliché en la NBA, pero esto sucede simplemente porque funciona. Que se lo pregunten a Miami ahora. O a Boston antes que a los Heat. O a San Antonio mucho antes que a los Celtics. Si hasta el propio James Harden puede ser preguntado al respecto en su etapa en Oklahoma City. El poder de juntar superestrellas no ha salido de la nada, no se agrupan sin motivo. Hacerlo, tarde o temprano, da resultados.

¿Se necesita profundidad de plantilla para llegar a los Playoffs o, en algunos casos, para aspirar al anillo? Por supuesto. Los prematuramente eliminados Los Angeles Lakers de la temporada pasada dan fe de ello. Pero también se necesitan estrellas. Dos mejor que una. Y, se ha demostrado, tres mejor que dos.

¿Tienen los Rockets esa profundidad? Se puede argumentar que sí, aunque deberá añadirse que su nivel de profundidad viene todavía superado por el nivel de incerteza de la misma. O dicho de otra forma, pueden ser competencia, pero, a día de hoy, no de la altura de un aspirante al título.

Esa realidad está todavía fuera del alcance de los Rockets, concretamente están a una estrella de distancia de conseguirla.

(NOTA: datos numéricos a viernes 9 de noviembre)


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