S.O.S. para Terry: Nowitzki necesita ayuda

La última posesión del Game 3 del pasado domingo describe bien a las claras cuál es el principal problema de los Mavs en estas Finales de la NBA. Dirk Nowitzki tuvo que salir casi hasta el medio de la pista para poder recibir el balón en condiciones, con tan solo 4,5 segundos por jugar. Demasiado lejos. Demasiado poco tiempo. Con 34 puntos ya en su bolsillo, nadie en el American Airlines Center ni en todo el estado de Tejas esperaba que ese balón, en ese momento, fuera a parar a otras manos que no fueran las suyas. Pero con 86-88 abajo en el marcador y siendo ese tiro la única opción de ganar el partido o, al menos, alargarlo cinco minutos, el problema para Dallas está en que el propio Nowitzki esperaba tener que ser él quien asumiera tal enorme responsabilidad, vistas las pocas razones que sus propios compañeros le han dado al alemán para dejar que otros jugador con el uniforme blanco dieran un paso hacia delante.

Jason Terry, Jason Kidd o Peja Stojakovic… todos tienen tiros decisivos anotados en sus carreras en momentos de gran carga emocional. Pero con el tiempo (y el título) en juego, Nowitzki dribló un par de veces la gran defensa de Udonis Haslem y, creado el mínimo espacio, se levantó para tratar de anotar su clásico fade-away jumper, esta vez muy bien punteado. No entró y 2-1 para los Heat, con la ventaja de campo, al menos, recuperada.

Esto son unas Finales de la NBA ante los Miami Heat, así que por mucho que Dirk Nowitzki haya dominado en estos Playoffs, mucha más ayuda ofensiva necesitan los Mavs para poder acabar ganando el anillo.

Y es que en su foro interno, envidia es el sentimiento que corre por las venas de Nowitzki cuando piensa en Dwayne Wade. Después de años encontrándose el #3 de Miami con múltiples situaciones como la descrita unas líneas más arriba, Wade supo añadir al vestuario de los Heat a dos jugadores que serían máximos anotadores de su equipo de jugar en cualquier otra franquicia de la NBA.

Sirve aquí de contrapunto lo sucedido en la jugada anterior al desenlace antes descrito. Después de muchos problemas en ataque durante gran parte del Game 3, LeBron James tiró de confianza en su compañero para, mediante un excelso pase por detrás de la espalda, darle la oportunidad al final decisiva a Chris Bosh (6 de 17 en tiros de campo hasta entonces) de anotar un tiro de media distancia desde el lateral de la pista que ponía el después definitivo tanteo en el electrónico. Faltaban tan solo 39,6 segundos y el marcador estaba empatado a 86.

¿Debe Nowitzki confiar en sus compañeros de la misma manera que lo hizo James con Bosh? Mejor aún, ¿puede hacerlo?.

Nowitzki anotó 15 de los 22 puntos de su equipo en el cuarto periodo en este Game 3, incluyendo los últimos 12. También anotó los últimos 9 (canasta decisiva también incluida) en la ya histórica remontada del Game 2 y fue el máximo anotador del partido en la derrota de Dallas en el Game 1. Jason Terry, por su parte, solo anotó 5 de sus 15 puntos desde el banquillo en la segunda mitad de este pasado Game 3 (cero en la segunda mitad del Game 1). Ningún jugador más pasó de los 10 puntos en los Mavs en este último encuentro.

¿Más? 17 de 49 en tiros de campo (34,7%) y 11 pérdidas son el balance en el Game 3 del domingo de todos los jugadores de los Mavs que no se apellidan Nowitzki. A parte de los 5 puntos de J.J Barea en el último cuarto, nadie (a parte de Dirk) anotó más de dos puntos en esos últimos y decisivos 12 minutos. La última canasta de los Mavs no anotada por Nowitzki viene de un mate de Tyson Chandler con todavía 6:48 por jugar.

Todos datos demoledores. Si los Mavs están ahora en una situación desesperada en ataque, debe ser Jason Terry quien de un paso hacia delante. Él y no otro.

Además de por “Jet”, a Jason Terry se le puede encontrar en YouTube por dos de los distintos apodos que él mismo se atribuyó: “Mr. Fourth Quarter” o “the MVP of the bench”, a fecha de hoy, a cual más desafortunado. El propio Terry tiró, una vez más, por la borda dicha fama terminando con 0 de 4 (incluyendo tres triples) en el último y definitivo periodo del pasado Game 3. El Mejor Sexto Hombre del año 2009 falló también un triple abierto con tan solo 58,9 segundos por jugar que hubiera puesto tres puntos por delante a Dallas (89-86). No sucedió.

Terry está promediando 14,3 puntos en estas Finales (su peor registro en las cuatro rondas hasta ahora disputadas en esta post-temporada), con un funesto 38,2% en acierto en tiros de campo y fallando 8 de los 12 triples intentados en esta eliminatoria final. Mucho tendrá que ver la de nuevo muy buena defensa que imprime LeBron James sobre él, pero de querer Nowitzki y sus Mavs tener alguna opción de plantar cara a los Heat en estas Finales, Terry debe honrar a alguno de sus apodos y honrarlos ya; empezando por el (decisivo para Terry y Dallas) Game 4 de esta próxima madrugada, de nuevo en el American Airlines Center.

Wade, James y Bosh saben por experiencia lo difícil que es ganar cuando tratas de hacerlo solo (esa, y solo esa es la principal razón por la que el pasado verano decidieron unir sus fuerzas). En estas Finales, Dirk Nowitzki puede empezar a decir lo mismo.


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