Sabonis, el Hall Of Fame que llegó tarde

Cuando Arvydas Sabonis llegó a la NBA ya era demasiado tarde. Treinta años encima de sus rodillas y sus talones de Aquiles (su gran «talón de Aquiles») eran demasiados para su estatura y su envergadura. Y pese a todo, llegado a la NBA en la treintena, el gran Sabas acaba de ser elegido para formar en el Hall of Fame.

Nunca sabremos a dónde habría podido llegar el lituano si las lesiones le hubiesen respetado. Acreedor de una carrera FIBA sobresaliente, con Euroliga incluída jugando en el Real Madrid (la última que han visto en Madrid), unos Juegos Olímpicos y dos ligas españolas, Sabonis probó suerte en la NBA cuando ya había conquistado prácticamente todo en Europa. Era su «ahora o nunca» y tocaba abandonar la capital de España.

Disculpadme por elegir la expresión «probar suerte», porque Sabonis siempre fue una apuesta segura. Eso debieron pensar los responsables de los Blazers cuando draftearon al jugador en el año 1986, cerrando la primera ronda, en el número 24. Flojo draft aquel, dicho sea de paso, con nombres como los de Dell Curry, Scott Skyles, o el nº1 Brad Daugherty, y con toque maldito, puesto que Len Bias fue el número 2. Los Blazers se la jugaron con un jugador que probablemente nunca vestiría la camiseta del equipo, pero lo hicieron conociendo las condiciones inigualables que el lituano (todavía soviéticos en aquella época) tenía para jugar al baloncesto.

Al final lo hizo, y pese a llegar como treintañero a la NBA disputó las temporadas suficientes para convertirse en un Hall of Fame. En su primer año en Portland consiguió ser rookie del mes de abril de 1996, segundo clasificado en el premio al mejor rookie del año (galardón que se llevó Damon Stoudemire) y también segundo en las votaciones al mejor sexto hombre de la liga (que se llevó otro europeo, Toni Kukoc). Tras siete temporadas como profesional, 470 partidos en liga regular y 51 en playoffs, Sabonis puede presumir de muchas cosas. Puede presumir de haber sido un rookie totalmente diferente a los demás, puede presumir de ser el center con mejor visión de juego de toda la NBA o de poner en jaque a los Lakers (de Shaquille O’Neal) en aquella final de conferencia Oeste del año 2000 (una gran batalla). Y todo ello gracias a su bagage en Europa y a pesar de sus maltrechas rodillas y tobillos.

Terminada su carrera NBA tuvo tiempo para divertirse firmando dobles-dobles en la Euroliga con su Zalguiris Kaunas

«Prometí al Zalguiris que, una vez abandonada la NBA, jugaría con ellos un año y quería hacerlo cuando aún estuviera en forma, no quedándome en el banquillo como un monigote. Quería ayudarles»

Ese es el ejemplo claro de lo que Sabonis es para el baloncesto. Un placer que saboreas más cuando sabes que tus condiciones físicas no son lo mejor. Quizás la mejor definición del lituano la ofreció Bill Walton:

«Es un Larry Bird de 2.20 m»

Y ahora llega al Salón de la Fama. Llega a tiempo, acompañado de otros mitos como Dennis Rodman o como Chris Mullin. Ahora sí tenemos a Sabas en el lugar adecuado y en el momento oportuno.

[notice]Arvydas Sabonis fue drafteado por los Atlanta Hawks en el draft del año 1985, sin embargo, esta elección se consideró nula ya que el jugador por entonces no llegaba a los 21 años. Los Hawks lo eligieron en el puesto 77.

Al estado físico de Sabas había que añadirle la tozudez institucional soviética, que no permitió al jugador jugar en el extranjero hasta que llegó a Valladolid. En el Forum dio sus primeros pasos como jugador fuera de la extinta URSS, aunque era bien conocido en toda Europa gracias a las participaciones con su selección en los grandes torneos por naciones.[/notice]


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