Según informa ESPN, Carmelo Anthony estaría dispuesto a no ejercer su cláusula para evitar traspasos si se produjera un trasvase del jugador rumbo a Houston o Cleveland. El alero de los Knicks, al que le quedan dos cursos en la Gran Manzana por un total de 54 millones de dólares, es dueño de su destino, un porvenir que puede controlar a su antojo desde esa cláusula que veta traspasos que no son de su agrado o interés.
Ahora, sin embargo, habría dado luz verde a que se negociara una operación para ser enviado a los Rockets o a los Cavaliers. Cleveland es la franquicia preferida por Melo, toda vez que juega ahí su amigo LeBron James. En este sentido, hace unos días se valoraba la posibilidad de un buy out, que terminara con Anthony rescindido en los Knicks y listo para unirse al bando de James.
El valor de los Rockets
Houston, con la llegada de Chris Paul, se ha convertido en uno de los candidatos a cotas altas en la 2017/18. La franquicia de Texas ya mostró un interés activo por Carmelo, pero en los Knicks consideraron que Ryan Anderson, la pieza ofrecida en el canje, no era lo suficientemente interesante. Los Knicks estarían buscando evitar acuerdos a medio y largo plazo con jugadores veteranos. Anderson tiene comprometidos 61 millones de dólares de hasta 2020.
Carmelo tiene en su contrato un bonus por traspaso de 8,1 millones de dólares, que estaría dispuesto a anular o a reducir si fuera necesario a la hora de unirse a los Cavs o a los Rockets, según apunta ESPN.
New York ya no está por encima de todo
Carmelo siempre ha insistido, bien por boca suya o por la de su mujer, La La, que su deseo era permanecer en la ciudad de New York o cerca, para estar al lado de su hijo. Un sentimiento que podría estar cambiando en pos de un mayor interés deportivo. A sus 33 años, el máximo anotador de la NBA en 2013 lleva sin jugar los playoffs cuatro temporadas.