Los encargados de poner los nombres en las camisetas de los NBA llevan un año de ventaja a propietarios y jugadores. Ya han cerrado. Sólo así se explica los fenómenos paranormales que están ocurriendo. A Wilson Chandler, recién llegado (ya no tanto) a Denver pudimos verle ayer luciendo camiseta con su habitual dorsal nº21 y un nombre muy parecido al suyo….pero que no es el suyo:
Si hace unos días veíamos , no quiero saber qué será lo próximo.
Fuente: Ball don’t lie