“A nadie le gusta ser olvidado. Es una manera muy peculiar de ser recordado, pero lamentaría que alguien lo superara. Realmente espero que nadie lo consiga”, decía Al Domenico, preparador físico de los Philadelphia 76ers en la temporada 72-73. Su equipo se había convertido en el peor de la historia de la NBA, con 9 victorias y 73 derrotas. Domenico no esperaba que nadie batiese un récord de dudoso honor como ése. Sin embargo, hay un equipo que está camino de ello: Charlotte Bobcats (7-56). Esta pasada madrugada, los Bobcats encadenaron ante Sacramento Kings (21-43) su vigésima derrota consecutiva, la peor marca hasta la fecha en la historia de la franquicia.
Ante ese panorama, los partidos de los Bobcats han dejado mucho que desear. Sus porcentajes de tiro (41,5% en tiros de campo), de rebotes (39 de media) y de anotación (87,1 puntos por partido) son los más bajos de toda la competición. Además, también son la franquicia con más puntos en contra, con 100,8 por partido.
Los pésimos resultados del equipo han sido una constante desde el inicio de la temporada. Bobcats había apostado por traspasar a Stephen Jackson a Milwaukee a cambio Corey Maggette y una elección del Draft. En las elecciones del citado Draft, trajeron a Bismack Biyombo y Kemba Walker, toda una apuesta por jóvenes talentos.
La caída de Charlotte no entiende tampoco de factores cancha. Tanto en el Time Warner Cable Arena (4-28), como cuando ejerce de visitante (3-28), las actuaciones no han estado al nivel de un equipo NBA. Incluso en las definiciones y calificaciones de las plantillas que se hacen en el Power Ranking de NBA.com, Bobcats aparece denominado con “This team stinks” (Este equipo apesta).
Dos partidos le restan a Charlotte para finalizar la regular season –Orlando y New York-. Si pierden los dos, acabarán con el peor porcentaje ganador en toda la historia de la liga, inferior al 11,0% de los 76ers de 1973.