Mucho ha cambiado la perspectiva en Dallas Mavericks durante el verano. Para bien, se entiende. De tratar de huir de los peores récords de la Conferencia Oeste la temporada pasada, las llegadas de DeAndre Jordan y Luka Doncic advierten un abanico de nuevas opciones, todas ellas más optimistas que cualquier apuesta de hace 12 meses. Bien lo sabe el entrenador, Rick Carlisle, quien tras los primeros entrenamientos y toma de contacto con su nuevo jugador debutante, al que han tenido bajo tutela durante el verano, el técnico ha derramado tonelaje importante de baba bajo sus vías aéreas.
«Solo con lo que he visto de él en los últimos días, diré esto: el que no vaya a sacarse el abono de temporada, se arrepentirá después», pudo reconocer Carlisle, que afronta su 11ª temporada como técnico en Dallas, en el medio local Dallas Morning News.
Qué duda cabe que el impacto que Doncic pueda causar en la NBA es considerable, dado que su nivel de cocción como jugador de alto nivel es superior al de los jugadores novatos y de 19 años.
Doncic arrasó en las previsiones a Novato del Año que emitió ESPN hace algunas semanas, pero sin embargo no gozó de la misma complicidad con sus compañeros de cosecha, dado que en los augurios de los rookies no estaba entre los miembros más destacados de su generación.
Los Mavs pueden presentar un cinco inicial más que potable en la entrante temporada, con Dennis Smith Jr, Doncic, Harrison Barnes, Dirk Nowitzki y DeAndre Jordan. Los playoffs en el Oeste estarán muy caros y no son cuestión baladí pero no cabe duda de que Dallas ha mejorado sobremanera, sus prestaciones en verano.