«Tengo la confianza de que estaré aquí mucho tiempo. Draymond Green no se plantea vida más allá de los Golden State Warriors, como el propio ala-pívot del equipo de la Bahía argumentó —declaraciones recogidas por Mark Medina (The Mercury News)»— cuando fue preguntado por si las conversaciones para extender su contrato pueden ser una distracción esta temporada.
Green tiene contrato garantizado por dos ejercicios más y en 2020 tendrá opción de ser agente libre sin restricciones; eso si no llega a un acuerdo para extender su contrato antes en San Francisco —sí, para entonces, los Warriors se habrán mudado de Oakland—.
Aunque la confianza de Green en quedarse defendiendo lo que entiende como una «asociación» poco menos que de por vida, su permanencia en Golden State no entraña sencillez alguna. Antes de su cameo por el mercado en 2020, los Warriors tendrán que sofocar el incendio que se viene el verano que viene: Klay Thompson y Kevin Durant (el alero posee una opción de jugador por 31 millones de dólares) testarán la agencia libre.
Para que ambos se queden, la organización californiana tendrá que rascarse más que nunca el desgastado bolsillo que torna en solar cada temporada. Y eso podría dejar la cámara acorazada tiesa para cuando tocase extender el contrato de Green. En cualquier caso, Golden State conoce de sobra la importancia de mantener al ala-pívot entre sus filas y sería muy extraño para ellos cometer el error de no dejar dinero disponible para cuando toque estrecharle la mano.
Esta temporada, los Warriors están en casi 149 millones de presupuesto, lo que implica multas millonarias en concepto de impuesto de lujo. Recordemos que para la temporada 2018-19 el margen salarial está cifrado en los 101,8 millones y el impuesto de lujo en 123,7.