Kevin Durant fue MVP de las Finales por segundo año consecutivo, pero lo cierto es que su entrada en la eliminatoria definitiva ante Cleveland no fue todo lo brillante que muchos esperaban.
Con la hoja estadística por delante estaríamos hablando de un primer partido bastante bueno. 26 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias firmó en el ‘Game 1’. La cuestión es que esos datos llegaron con un bajo porcentaje de acierto, 8 de 22, y adornados además por lo que parecía ser cierto conformismo con lanzar en suspensión desde fuera.
En el apartado defensivo tampoco tuvo su mejor noche. En muchas ocasiones se le notó complaciente y apagado; algo que pudo terminar por costar muy caro a los suyos cuando a falta de 4,7 segundos J.R. Smith le arrebataba un rebote que nunca debería haber perdido. En líneas generales no estuvo bien, y no duda en admitirlo en una entrevista concedida a Lee Jenkins de Sports Illustrated.
«No tuve respeto a Cleveland. No llegué preparado. No apreté a LeBron. Estaba lanzando tiros en suspensión lejanos sin encontrar mis sitios para anotar», señala.
Su reacción
Aprendida la lección, Durant se levantó con sendas exhibiciones en los dos siguientes partidos. Su tercer encuentro, con 43 puntos y un triple en el último minuto que daba la puntilla a los Cavs, fue especialmente brillante. Ya en el choque definitivo, con Cleveland golpeado duramente en su moral, ayudó a dar la puntilla para lograr su segundo anillos en dos años en Oakland.