Perder en Navidad, hacerlo en la prórroga ante uno de tus mayores rivales, y sumando además 34 puntos y 16 rebotes en tu cuenta particular… Eso es lo que vivió Joel Embiid ante Boston Celtics, un partido que el pívot All-Star sintió que se le escapaba de las manos cuando tenía las armas para ponerle remedio.
Quizás no le falte razón. Durante tres cuartos dominó para irse hasta los 30 puntos, un alto rendimiento que en el periodo final (tiempo extra incluido) se vino abajo hasta firmar un 1 de 4 en tiros de campo… Embiid lo intentó, pero perseguido por na férrea defensa rival (dos contra uno casi permanente), no fue capaz de encontrar su sitio. Horas después del partido se lamenta por ello.
«Sentí que podría haber hecho más. El balón no me llegó en el último cuarto ni en la prórroga. En esas situaciones tengo que aparecer y encontrarme en los lugares adecuados para ayudar al equipo. Siento que no estaba en las situaciones correctas. Perdimos. Pongo la responsabilidad sobre mis hombros porque podría haber hecho más. Me hicieron dos contra uno al iniciar las jugadas, pero tengo que encontrar la forma de ajustar y seguir siendo yo mismo», señala a Noah Levick de NBC Sports Philadelphia.
¿Fue su culpa? No lo parece. Como es lógico, y más tras encajar 30 puntos con su sello en tres cuartos, Brad Stevens ajustó obligando a los Sixers a buscar otras opciones en ataque. Y así fue, Jimmy Butler, Ben Simmons y J.J. Redick se combinaron para lanzar a canasta en 15 ocasiones en los últimos 17 minutos; eso sí, anotaron solo dos de ellos. Embiid está lejos de ser el responsable de que sus compañeros no estuviesen acertados.
(Fotografía de Drew Hallowell/Getty Images)