Estériles 41 puntos de Kemba Walker ante la exhibición de Antetokounmpo

Diferente año, misma historia. Esto es lo que podemos aplicar a los Hornets, que arrancaron el curso con derrota, una tónica que estuvo muy presente en la 2017-18. Cayó Charlotte ante los Bucks, 112-113, aunque tuvieron el duelo en sus manos. La derrota, en la nueva era estrenada por James Borrego, volvía a mostrar las dinámicas pasadas: partido espectacular de Kemba Walker pero productividad estéril. Eso sí, es pronto. Para todos.

Walker firmó 41 puntos en el inicio de la 2018-19 para Charlotte, pero seguramente hubiera preferido una actuación más discreta y que todo no acabara como acabó. Los Bucks se llevaron el duelo y se ponen 1-0 tras un final de infarto. Kemba, 7/13 en triples, hizo todo lo que estuvo en su mano, y no era poco, para evitar que las cosas fueran diferentes.

Pero su empuje ofensivo chocó con un hombre destinado, en algún momento de su carrera, a conquistar el MVP. Quizá ya este curso. Se llama Giannis Antetokounmpo. El heleno registró 25 puntos, 18 rebotes y 8 asistencias, muy cerca del triple-doble. Que no, que no quedaban dudas de que es el líder de los Bucks y en sus manos se ponen los de Wisconsin para llegar todo lo lejos que puedan en el incierto Este. Pero si había algún despistado, el griego lo recordó.

Antetokounmpo y Walker, desde el tiro libre

Y no sólo hablamos de unas prestaciones estadísticas estratosféricas para Antetokounmpo. También es clave, imprescindible casi podríamos decir, que ese acierto se dé cuando toca. Los últimos segundos del duelo fueron la plasmación de lo que había pasado durante toda la velada, el mano a mano entre Walker y el griego. Con 110-111 para Milwaukee, Walker acertó dos tiros libres a poco más de 30 segundos para la conclusión y colocaba el 112-111.

La remontada del último cuarto, al que los Hornets entraron 83-93, parecía que podía desembocar en un éxito definitivo.  Y sin embargo, después, una falta de Willy Hernangómez la aprovechó Antetokounmpo para sumar los dos tiros libres que iban a ser la sentencia de Charlotte. El griego había producido sus últimas anotaciones desde el tiro libre y no erró en los momentos calientes para situar el 112-113 que Walker, con una entrada a canasta a falta de cinco segundos, no pudo revertir. Tampoco Nicolas Batum, totalmente liberado para un tiro que no tocó ni aro y que podía haber cambiado todo. Al término del encuentro, agachado sobre el parqué, un exhausto Walker se lamentaba. Al final, sus 41 puntos no sirvieron de nada.


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