Gran segunda mitad de Boston y primer triunfo de ‘semis’

Qué partido. Qué derroche. Qué energía. Que se lo digan al dentista del point guard de Boston. Si esta va a ser la tónica de toda la serie entre Boston Celtics y Washington Wizards que vayan encargándome una máquina de hacer palomitas. El sabor de las de bolsa para microondas no va a estar a la altura del espectáculo.

El Este abría las semifinales de la NBA en el TD Garden. Un TD Garden abarrotado y en infinita ebullición, como no podía ser de otro modo. Y sin embargo eso no intimidó a sus rivales, quiénes salieron en avalancha y sin remilgos, a tratar de emular a los Chicago Bulls y empezar robando el primer encuentro de la eliminatoria en casa ajena.

Acoso y remontada

Su primer cuarto fue una barbaridad; su arranque una estampida. Capturaron los 12 primeros rebotes del partido. Un festín anotador de 38 puntos frente a los 24 de sus rivales. El +16 fue la máxima ventaja que lograron aglutinar los de Scott Brooks. Sin embargo, desde bien empezado el segundo cuarto ya comenzó la que sería una gran remontada de los Celtics, y que se edificaría a lo grande, dando la vuelta al marcador y pasando de ser de los dominados a los absolutos dominadores.

Una escalada de 31 puntos que a pesar de los intentos finales de Washington por volver a equilibrar el marcador, fue total. Los Celtics eran ya una maquinaria imparable a todos los niveles.

A falta de 1:05 Avery Bradley anotaba un canastón con la posesión casi cumplida y el silbato del arbitro quedaba apagado bajo una multitud ensordecedora. Con 55 segundos para el cierre, Brad Stevens retiraba a Isaiah Thomas del parqué, sólo para que la afición tuviera otra nueva excusa para que reinaran los decibelios. Noche de fiesta en Massachusetts con el 111-123.

Encomiable Isaiah

Isaiah Thomas estuvo, una vez más, espectacular en ataque, con 33 puntos (5/11 en triples), 9 asistencias incluso acuñó su tapón. Pero el recital de su estrella a menudo no basta, y aparecieron los secundarios, más protagonistas que nunca. De hecho, en los minutos del segundo cuarto en los que el playmaker se reponía de su accidente bucal, fueron ellos (sin él) los que empezaron a achicar distancias con un parcial de 13-2.

Debemos insistir. El looping tanto emocional como físico que está soportando Thomas hace aún más impresionante lo que está haciendo en estos playoffs. El pequeño base ha atravesado EE.UU dos veces en 36 horas para acudir al funeral de su hermana, ayer. Al terminar el partido, con la mirada casi perdida, aguantaba el tipo en la entrevista a pie de pista con Doris Burke: «El baloncesto, cuando estoy en la pista, es lo que me permite seguir. Todo lo que hago ahora en la pista lo hago por mi hermana».

Intensidad y acierto

Es la gozada de los playoffs. Donde se ve el 100% del físico de los jugadores. Porque a diferencia de en temporada regular no solo se lucen adelante sino que se esmeran como nunca atrás. En estas lides el tapón por la retaguardia puede venir en cualquier momento, los robos suben como la espuma y cada canasta conseguida tiene mérito doble.

Avery Bradley y Jae Crowder fueron sabuesos al frente y garrapatas atrás. Cuatro robos logró Bradley por uno de Crowder, pero de las 12 pérdidas de balón que cometieron los Wizards ambos fueron responsables de buena parte de ellas.

Y en ataque estuvieron finos, muy finos. El aro, en la segunda parte, tenía para ellos un diámetro enorme. 24 puntos de Crowder (6/8 en triples) y 18 de Bradley fueron vitales. No más que los 21  y 10 asistencias de Al Horford, cuyo duelo con Marcin Gortat fue una delicia durante todo el encuentro.

Buena aportación también de Kelly Olynyk quien, con sus 12 tantos, ya alcanza los dobles dígitos en anotación en sus cuatro últimos partidos.

El rebote ofensivo

El rebote ofensivo, la gran lacra de la plantilla de Brad Stevens. Hoy, a base de morder en cada balón escupido por el aro, supieron estar a la altura. Al menos lograron dejar a cero el diferencial, con 12 capturas en ataque por cada conjunto. Horford, precisamente el más vilipendiado en este aspecto, sabía que tocaba currar: cinco de sus nueve rebotes fueron ofensivos.

«A un jugador siempre le lleva tiempo sentirse cómodo en un sistema. Y yo estoy empezando a sentirme más cómodo». Bravo por el dominicano, a un rechace del triple-doble.

La primera parte fue de Gortat (acabó con 9 rebotes en ataque). El polaco hizo estragos en la verde pintura de un equipo acongojado en las inmediaciones de su aro. Tras el descanso la historia fue otra, y las tropas de Brad respondieron al aullido de su público. No existía el rebote perdido, el balón renunciado.

Scott, paliza a los titulares

Hoy recordó fugazmente al Brooks de OKC, donde no confiaba demasiado en su banquillo. Hoy no hubo ni Kit Kat ni respiro para sus titulares. Excepto Markieff Morris, quien tuvo que abandonar el partido en el segundo cuarto con una torcedura en el tobillo, los demás apenas tuvieron tiempo de acompasar su respiración. Wall y Gortat (39), Beal (40), Porter (41). Solo Kelly Oubre fue un arma recurrente desde la banca, con 26 minutos, y en menor medida Bogan Bogdanovic (19).

Eso sí, la minutada vino acompañada de rendimiento. Gran partido de los buenos de Washington. John Wall —al cuál desgranamos— concluyó con 20 puntos y 16 asistencias, y como es habitual, mientras él se centraba más en asistir, Bradley Beal lo hacía en anotar: 27 puntos. Gortat y Porter finalizaban con 16 tantos cada uno y 13 y 11 rebotes respectivamente.

Desde el banquillo inoperancia de Brandon Jennings, con cero puntos en 13 minutos, y sí más certeros Oubre, con 12 tantos, y un Bogdanovic fallón en la primera parte y más inspirado en la segunda mitad, con 10.

El triple, letal

Curiosamente, un choque en el que las defensas fueron asfixiantes, los porcentajes de tiro no se vieron demasiado mermados. Más bien al contrario. Las muñecas de los jugadores aguantaron el tipo como nunca. Al menos desde el perímetro. De hecho, uno mira las estadísticas, y las distancias en los porcentajes entre los tiros de dos y de tres, son escuetas. Los capitolinos lanzaron desde 7,25 con un acierto del 43,5%, pero es que los Celtics, gracias a una segunda parte en la que les entraba todo (a Crowder especialmente), se fueron hasta el 48,7%.

19 triples ni más ni menos los que hicieron ¡chof! hoy en el aro de los Wizards. Récord de los Celtics en postemporada, e igualando los 19 que le hicieron a los Sixers en regular season el pasado mes de enero.

https://www.youtube.com/watch?v=YfQVUwUYckA

Con defensas cerradas más pendientes que nunca de entorpecer las penetraciones de Thomas —algo casi imposible— fueron los hombres del perímetro los que se aprovechaban de esos punteos que a menudo llegaban tarde, y bombardearon de tres.

El toque de pizarra

Y cuando los locales dominaban el partido en el último periodo y los visitantes hacían amago de resurgir con los embistes de Beal y Bogdanovic, Stevens hizo su movimiento, sacando a pista a Jaylen Brown, quien no había debutado aún en el partido, y el rookie cumplió con su papel como si de un veterano se tratase.

Gran duelo que verá su segundo capítulo de un mínimo de cuatro asegurados, la próxima madrugada del martes, de vuelta a los fuegos del Garden.


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