La decisión de la NBA de no suspender a Serge Ibaka por su golpe a Blake Griffin el pasado sábado no ha sentado bien en muchos círculos de la liga, y por supuesto tampoco al propio Griffin.
El jugador de los Clippers cree que la decisión de permitir jugar a Ibaka ha sido debida al partido que los Thunder debían jugar ante los Lakers el martes.
«Por lo que he oído creo que está diciendo que sólo estaba tratando de apartar su mano de la mía», comentó Griffin a ESPNLosAngeles.com. «En realidad no tenía su mano. Él tenía mi brazo, así que no sé cómo se ha interpretado (la acción). Es sorprendente (que no sea suspendido), pero hay un gran partido esta noche (por ayer ante los Lakers) y no creo que quieran que uno de sus… Bueno, realmente no lo sé. Es un gran partido».
Tras esas palabras Griffin se dio cuenta que la próxima sanción podría ser para él y trató de no incidir mucho más en el tema cuando le volvieron a preguntar si creía que la no sanción de Ibaka era debida al partido ante los Lakers.
«No lo sé», dijo Griffin. «No lo sé. Pero es un gran partido. Es un pequeño lío. Es una situación complicada. Sea lo que sea lo que la NBA quiera hacer y como lo quieran manejar, dejémosles que lo hagan a su manera».
La falta de Ibaka, sancionada en el momento del partido como flagrante tipo 1 y revisada después en los despachos como flagrante tipo 2, sólo supuso para el jugador nacionalizado español una multa de 25.000 dólares.
«No entiendo como lo pudieron dejar pasar», añadió Griffin. «Pero no voy a hacer nada. No voy a ponerme a llorar y quejarme».