Incontestable dominio de los Spurs sobre los Grizzlies en el primer partido

Spurs 105 – Grizzlies 83 (1-0)

Los déjà vu son continuos viendo a los Spurs. Siempre dan la sensación de estar ofreciendo esa misma película ya vista una y mil veces y, aunque ya se sabe su victorioso final, casi nunca se puede evitar que se llegue a él. Gregg Popovich, su perfecto director, quiso que los suyos marcaran diferencias desde el minuto uno, y así fue como sucedió. 17 puntos de ventaja para cerrar el primer cuarto fueron la renta suficiente para ir estirándola y acortándola a medida que avanzaban los minutos, hasta desembocar en un último período donde el resultado pudo ser bastante más amplio del reflejado al final.

Tony Parker consiguió 20 tantos y repartió 9 asistencias, mientras que Kawhi Leonard se fue hasta los 18 puntos. Tim Duncan, no tan productivo en cuanto a puntuación con 6 tantos, logró atrapar 10 rebotes en esa lucha tan feroz en la pintura que parecía darse antes del encuentro.

«Puedo prometer esto: Nadie está ya feliz en el vestuario, porque nosotros íbamos 2-0 [en las finales del Oeste] el año pasado y perdimos», señaló Parker. «Es sólo un juego. No significa nada. Todavía tenemos un largo camino por recorrer«.

Los de San Antonio lograron así evitar una repetición de lo que pasó en su Game 1 de primera ronda de hace dos años, cuando perdieron ante los Grizzlies ese choque inicial, y luego cayeron también eliminados en la serie.

Precisamente, en esa referencia a la zona interior destaca un nombre, y no por razones positivas. Zach Randolph, desconectado y perdido durante todo el encuentro, se quedó en 2 irrisorios puntos, además de 7 rebotes. Lo peor, más allá de esas cifras, es que su valoración total fue de – 28, dando cuenta perfectamente de su gris partido. Su rostro en los minutos finales, ya sentado en el banquillo, sirve como reflejo para entender lo que le ha ocurrido.

Quincy Pondexter, ráfaga de aire fresco durante los momentos del tercer cuarto en los que Memphis rozó con los dedos la remontada, aportó 17 tantos; por los 15 y 7 rebotes de Marc Gasol, o los 14 puntos, 8 asistencias y 4 rebotes de Mike Conley.

«Simplemente no hemos jugado bien. No es nada en concreto», dijo el entrenador Lionel Hollins. «Es sólo que estábamos corriendo demasiado deprisa, fallamos algunas bandejas, hicimos algunos malos tiros y nuestra defensa fue realmente mala. Y los Spurs jugaron bien».

El siguiente asalto será el próximo martes, en el mismo lugar. Muchas cosas tendrán que cambiar en los Grizzlies para poder romper esa zona de control que hoy han establecido con suficiencia los Spurs, y que sólo les ha permitido verles desde lejos.


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