En cinco días, exactamente el 17 de octubre, Kyrie Irving saltará por primera vez al Quicken Loans Arena sin defender a los Cavaliers de Cleveland. Llegará de verde, con Boston en el pecho y hecho un ‘Celtic’ tras pedir su traspaso el pasado verano. Llegará para empezar a demostrar en la fue su casa que su decisión es la correcta, que el triple que clavó para la eternidad de Ohio no le hará titubear. Llegará para enfrentarse a LeBron James. ¿Nervioso? Parece que no.
«No ¿Por qué debería estarlo? Son solo canastas. Comprendo la magnitud… Sé lo que implica en términos de marketing y cómo se proyecta esa energía para que la gente sienta el partido de una determinada manera. Es parte del juego, siempre ha sido así, pero realmente se trata solo de dos aros y una pelota de baloncesto», explica a Marc J. Spears de ESPN.
Sabemos que solo es un partido y que lo que ocurra de líneas para dentro se define por el propio deporte, pero el componente sentimental no desaparecerá por ello; menos aún cuando Irving ha comparado Cleveland con Boston para destacar a su nuevo hogar como una capital del deporte que no es la primera. A algunos aficionados de la franquicia de Ohio no les ha gustado. Pese a ello, Irving se siente preparado para todo.
«Esto me encanta sin importar nada más. A veces he oído abucheos y a veces aplausos en el desfile. He estado en el desfile de campeón y también 30 puntos abajo en ‘Q Arena’. He oído de todo. Estaré bien estando allí y jugando contra un gran equipo como los Cavs».
¿Podrá ser contra LeBron?
Un Cavaliers-Celtics tiene interés por sí solo, pero si se trata del primero de ellos en el que pueden enfrentarse James e Irving gana otro aliciente. La NBA lo sabe y lo ha programado para abrir la temporada, el problema es que LeBron no está al cien por cien; tanto es así que con un esguince en el tobillo izquierdo será duda hasta última hora. Esperemos que El Rey se recupere para defender su corona.