Los 50 puntos de Houston en el tercer cuarto hunden a Minnesota

Un tercer cuarto apoteósico de los Rockets fue decisivo para que los Timberwolves, que habían resistido de manera excelente durante la primera mitad, doblaran la rodilla en su feudo y se marchen ahora a Houston con un casi definitivo 3-1 en su contra.

Ganaron los Rockets (100-119) en una paliza que no fue tal hasta el citado tercer cuarto. Hasta entonces, 49-50 para los visitantes y Minnesota soñando y creyendo, razones no le faltaban, en un posible 2-2. Y entonces, trasformado en una máquina de anotar y de anotar, Houston volvió de los vestuarios con otra cara y decidió que hasta ahí había llegado el encuentro y, presumiblemente, la eliminatoria. Un parcial de 20-50 para los de Mike D’Antoni en los 12 minutos que sucedieron a la primera mitad fue el golpe que terminó por noquear a los Wolves. Imaginen que son solventes en el primer partido, que ganan el tercero y que en el cuarto sostienen bien la situación durante 24 minutos y ante el líder del Oeste. Imaginen eso y luego coloquen un 20-50 de parcial en su contra. Imposible levantarse. No, Minnesota no lo hizo.

Los Rockets son el único equipo, junto a los Lakers, en toda la historia de la NBA en firmar al menos 50 puntos en un cuarto de unos partidos de playoffs. Y los primeros que lo consiguen en casi 60 años y ganan el partido, pues los Lakers anotaron 51 en 1961 contra los Pistons pero perdieron

Harden, protagonista de Houston

Las grandes hazañas suelen necesitar de grandes hombres que las lideren. En los Rockets saben de eso, pues tienen a un James Harden en modo MVP total. Acabó con 36 puntos y 22 de ellos entraron dentro de ese tercer cuarto primoroso. Es decir, de la fiesta anotadora de Houston al reanudarse el duelo, prácticamente la mitad de los tantos corrió a cargo de La Barba.


Harden, que lanzó muchísimo a canasta, 12/26 en tiros de campo, estuvo bien escoltado por otras de las razones que hacen que los Rockets caminen como lo hacen: Chris Paul firmó 25 puntos, 6 rebotes, 6 asistencias y 5 robos de balón. El otro elemento capital, Clint Capela, no decepcionó ni en ataque, 14 puntos, ni bajo los aros, con 17 rebotes. Para rematar, Eric Gordon puso 18 unidades desde la banca.

Otra vez bien Rose

Ha encontrado su ritmo en Minnesota Derrick Rose. Su rol de suplente le sienta muy bien y en estos playoffs está recordando con muchos matices a la estrella que fue. El base salió desde el banquillo para aportar electricidad a los Timberwolves y se marcó algunas arrancadas hacia el aro que nos llevaron a pensar en sus mejores días. Más allá de esas pinceladas, Rose estuvo eficiente con 17 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias en más de media hora de juego y subsanó como pudo las bajas prestaciones de un Jeff Teague que jugó con el dedo meñique de la mano lesionado.

Además de Rose, Karl-Anthony Towns, 22 puntos y 15 rebotes, ejerció de lo que es, la referencia de unos Wolves que solo acertaron 7 de 21 tiros de campo en tercer cuarto. Un parcial ese que les costó el partido y que lanzó a los Rockets hacia el 3-1. Ahora, Harden y compañía tienen el miércoles la posibilidad de asestarle a Minnesota el 4-1 final y clasificarse para las semifinales del Oeste. No sería una sorpresa. Pero al menos, y por momentos, los Wolves han dado la cara. Lo mínimo exigible para una franquicia que no se asomaba a las eliminatorias por el anillo desde hace casi quince años.


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