Jeff Bzdelik, una retirada llena de interrogantes

Si la defensa de los Houston Rockets sufría un varapalo directo al perder, de un bocado, a Trevor Ariza y Luc Mbah a Moute y ocupando el espacio con el fichaje de Carmelo Anthony, ayer recibía otro que, no por ser indirecto, es de menor gravedad.

‘El gurú defensivo’

Los tejanos han perdido a Jeff Bzdelik, el culpable de hacer que el engranaje defensivo de Houston la campaña pasada se convirtiera en un punto a favor y dejase de ser uno en contra.

Cuando Mike D’Antoni se puso al frente de los Rockets, solicitó inmediatamente un fichaje para el cuerpo técnico. Un hombre que, sabía, ejercería de perfecto contrapunto. Él, D’ Antoni, era el genio del run & gun. Del ataque veloz, las posesiones cortas y los marcadores abultados.

Necesitaba un experto justo en la orilla opuesta. Alguien que hiciese de la defensa de su equipo algo también en lo que temer. Daryl Morey accedió, y Bzdelik se unió al proyecto.

Por el camino también hubo permuta en algunos jugadores de rol importantes (marcha de Beverley, y llegadas de Moute y P.J. Tucker) y un fichaje estelar; Chris Paul, un base All-Star que no solo sobresalía en las facetas de anotador/director [siete veces First All Defensive Team].

Con las herramientas adecuadas, Bzdelik se centró en explotar las que aún no lo eran pero podían llegarlo a ser. James Harden y Clint Capela. El resultado, para venir de donde venían, ha sido sensacional: séptima mejor defensa en fase regular de toda la NBA (103,7 puntos recibidos).

Y a lo Dwyane Wade, pero con distinta respuesta, Bzdelik ha esperado hasta el final del verano para anunciar su retirada. Su puesto, adelanta Adrian Wojnarowski, será ocupado provisionalmente por otro de los técnicos asistentes del equipo, Roy Rogers.

Según Bzdelik, esta ha sido una decisión meditada y rumiada durante varios meses, y el argumento de peso para negarse a seguir es uno de los más recurridos en la NBA en circunstancias así; pasar más tiempo con su familia.

Así ha transcrito Jonathan Feigen, del Houston Chronicle. «Amo este deporte, pero tras 43 años entrenando me gustaría pasar mas tiempo con mi familia, mis amigos y otras aficiones. Estoy muy agradecido por toda la gente que ha hecho de este viaje algo tan completo».

¿Otras razones para marcharse?

Bzdelik goza, él mismo lo afirma, de una salud excelente, por lo que su edad no ha sido óbice en ningún momento para continuar. Y a pesar de su comunicado, el cuál dice sostenerse sobre la importancia de la familia, no dejan de ser extraña las circunstancias de su retirada. Principalmente por dos motivos.

1.- No es habitual que un miembro de un cuerpo técnico (donde, a diferencia de los jugadores, la exigencia física durante el curso baloncestístico es infinitamente menor) espere hasta vísperas de la temporada para decidir su jubilación.

2.- Los Houston Rockets respondieron perfectamente a su sistema el año pasado y volvían a tener el anillo más cerca que nunca.

Estos hechos hacen pensar (quizás sea pensar o incluso malpensar demasiado) que la no renovación de Ariza, el adiós de Moute y el fichaje de Carmelo Anthony –tres cambios estos que no encajan en nada con la filosofía y proceder de Bzdelik– podrían haber sido, si no detonante, argumento de peso para disuadir al coach de continuar.

Por ahora sólo son suposiciones, ya que nada se ha filtrado ni comentado al respecto. Pero lo que si parece claro es que si no había un buen momento para bajarse del barco de los Rockets, con la gloria tan cerca, era éste.


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