Apartado de los Knicks desde principios de 2018. Solo 7 partidos en la 2017-18 con los Knicks, y uno con los Westchester Knicks de la G League. Ese es el bagaje de Joakim Noah en esta campaña recién terminada. Un curso que empezó con el pívot galo todavía con partidos por cumplir de su sanción de finales de 2016-17, impuesta por el uso de sustancias prohibidas. A ello, hay que unirle problemas en el hombro para crear un cóctel que terminó de estallar en ese citado inicio de 2018, cuando una discusión con Jeff Hornacek, entonces entrenador de New York, terminó por dictar su sentencia en la franquicia.
Noah, al que intentaron traspasar en la Gran Manzana hasta la fecha límite del mercado de invierno de 2018, fue apartado de los Knicks. Se negoció incluso un buy out, pero nada terminó por concretarse.
Un futuro incierto
El despido de Hornacek y la llegada de David Fizdale pueden suponer una nueva oportunidad para el pívot, de 33 años y con dos temporadas y casi 40 millones de dólares pendientes de cobrar. Mientras el porvenir de Noah se aclara, él se prepara para estar listo, venga lo que venga.
Big man Joakim Noah in the gym working! Stay tuned!!!!! @houseofhighligh @YahooSports @usatodaynba pic.twitter.com/Yif9IPXfrG
— Chris Johnson Hoops (@ChrisJHoops) 12 de junio de 2018
Así lo hemos podido ver en un vídeo del entrenador Chris Johnson, donde podemos observar a Noah trabajar una serie de repeticiones bajo el aro, en un aparente buen estado físico, imprescindible si quiere volver a la rueda después de un curso para olvidar.
Noah, número 9 del Draft de 2007, ha jugado 625 partidos en la NBA, con 8,9 puntos, 9,3 rebotes, 2,9 asistencias y 1,3 tapones de media. Su llegada a los Knicks, en el verano de 2016, procedente de los Bulls, y con un contrato de cuatro cursos y 72 millones dejó muchas dudas ya en su momento. Ahora, en el ecuador de ese acuerdo, la realidad ha dado la razón a los que fueron más escépticos.