Kobe Bryant temió su retirada el año pasado por sus problemas de rodilla

La retirada de Shaquille O’Neal, y la aún corta carrera de estrellas emergentes como LeBron James, dejó el trono en solitario a Kobe Bryant como el mejor jugador de todos los tiempos aún en activo. Pero su maltrecha rodilla derecha estuvo a punto de poner en peligro incluso su futuro profesional.

La contundente derrota ante Dallas en segunda ronda de los pasados Playoffs, que puso fin a la dorada etapa de Phil Jackson en los Lakers, y a la posibilidad de un nuevo «three-peat» fue el detonante de las dudas de Bryant. Su rodilla, afectada por una artritis crónica, le impedían jugar al 100%, un duro golpe para un ganador nato como es «The Black Mamba».

«Había muchos pensamientos, mucha autoevaluación en marcha, preguntándome: ¿cómo voy a ser efectivo de nuevo?. ¿Cómo voy a jugar pese a esta rodilla? No me podía mover. Era sencillamente demasiado doloroso. No había nada que pudiera hacer», recordaba Bryant en una entrevista a Yahoo! Sports sobre aquellos días. Bryant ni siquiera entrenaba entre partidos durante aquellos Playoffs. Una duda aún mayor asaltaba su cabeza: «Me preguntaba cómo iba a poder jugar al baloncesto de nuevo».

La solución acabó llegando desde Alemania, donde Bryant viajó aquel verano para someterse a un tratamiento basado en plaquetas sanguíneas que ha mejorado de forma espectacular su estado físico. «Ahora me siento como nuevo», afirmaba en la entrevista. La temporada pasada, Bryant jugó 33.9 minutos por partido. Nunca había estado tan poco tiempo en cancha desde su segundo año como profesional, con 19 años, aún lejos de ser un hombre importante en los Lakers. En la presente campaña, sólo tres jugadores en la plenitud de su carrera como Luol Deng, Kevin Love o Kevin Durant han superado sus 38.5 minutos por encuentro. Claro síntoma de que las rodillas de Kobe Bryant vuelven a estar al nivel de su talento.

Con la confianza en su forma física recuperada, el 14 veces All-Star tiene claro que sus Lakers tienen mimbres para aspirar a todo, a pesar de la ola de pesimismo que la salida de Lamar Odom y los rumores sobre el traspaso de Pau Gasol generó en la afición y en la prensa especializada. «Nunca he entendido lo que se hablaba a principios de temporada», declaraba Bryant. «Miro a Andrew (Bynum), a su talento y a su ética de trabajo, y miro a Pau (Gasol), y veo a un ‘Big Three’. Y me pregunto: ‘¿me he perdido algo?'».

Tras acabar la temporada terceros del Oeste, sólo por detrás de San Antonio y Oklahoma City, y con la serie de primera ronda ante Denver bien encarrilada (2-0 de salida para los angelinos), Kobe Bryant y sus renovadas rodillas siguen sin descartar ese sexto anillo que igualaría su palmarés con el del más grande: Michael Jordan.


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