Los Milwaukee Bucks, en el plazo de dos años, han pasado de intentar conformar un quinteto de ‘Magics‘ a renunciar, de plano, a él. Todo empezó cuando traspasaron a un Brandon Knight en el mejor momento de su carrera por un Michael Carter-Williams cuyo brutal hype de novato empezaba a flaquear.
Jugadores altos, atléticos, versátiles y capaces de botar el balón. Ese era el sueño de Jason Kidd. MCW-Middleton-Parker-Anteto-Henson, y posteriores llegadas como las de Maker, Snell… una auténtica indigestión de centímetros que, además, languidecía en la torpeza y sin apenas tiro exterior.
Todo en torno a Anteto
Fracasado el experimento, los Bucks volvieron a la fórmula habitual. Ficharon a Bledsoe, abdicaron este verano con Parker, y ahora apuestan por rodear a Giannis Antetokounmpo con jugadores que, con más bajo usage, sean capaces de encestar el balón.
En esta nueva dirección se apostó por Donte DiVinzenzo a través del Draft, y por la misma se ficha ahora a Robert Johnson. Jugador senior de la universidad de Indiana (14 puntos, 4,5 rebotes, y 2,7 asistencias) y que, a pesar de no ser elegido ni en segunda ronda, ha terminado de convencer con sus actuaciones en la Summer League con la camiseta de los Hakws.
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Con casi un 39% en triples en sus cuatro años de universidad y un jump shot de media distancia nada despreciable, hará lo imposible por se parte del roster definitivo de 15 jugadores con el que los Bucks de Mike Budenholzer arrancarán la temporada.