El número 1 del Draft cierra 24 horas perfectas en Boston

Finalista de Conferenciay poseedor del número 1 del Draft. Desde 1982, cuando los ya poderosos Lakers se enriquecieron aún más con James Worthy, ningún equipo había estado en una mejor situación de presente y futuro. Los Celtics, tras ganar la lotería del Draft de 2017, suceden ahora al que fue su gran rival tres décadas atrás. La felicidad en Boston, un día después de ganar un Game 7 en casa ante Washington, por motivos obvios, era palpable.

Máximo optimismo

Wyc Grousbeck, co-propietario de los Celtics, fue la primera cara visible tras conocer el resultado de la lotería. Representante de la franquicia en la ceremonia televisada, mantuvo la compostura, pero la alegría era doble. Por un lado, reforzar su ya ilusionante proyecto con la primera selección del que quizás sea el Draft más potente de los últimos años. Por el otro, conseguir una victoria más, aunque sea en parte por suerte, sobre sus eternos rivales.

«Me encanta», afirmó con buen humor Grousbeck. «Tenemos 17 (campeonatos NBA), Magic tiene 16. Queremos que siga así». En la sede de los Celtics, Danny Ainge seguía recogiendo los frutos del traspaso en 2013 que llevó a Paul Pierce, Kevin Garnett y Jason Terry a Brooklyn. Su pieza mayor de aquel acuerdo, especialmente tras acabar los Nets con el peor balance de la liga, se cobró este martes.

El mejor momento de Ainge

«Conseguir el número 1 es muy divertido, es muy emocionante», explicaba el presidente de los Celtics, sin pensar todavía en la presión por tomar la decisión definitiva. «Nunca habíamos estado aquí antes, así que será divertido explorar estas opciones. Pero, ahora mismo, es bueno tener claridad sobre dónde está todo el mundo en el Draft. Cuando estás en la fecha límite de traspasos y hablas sobre traspasar selecciones, es del 1 al 4 o posiblemente 5 si Brooklyn empieza a ganar partidos y así».

Tras reconocer que consideró traspasar esta primera ronda de los Nets en febrero, toca pensar en el futuro. En un Draft cargado de bases de élite, el nombre de Isaiah Thomas salió pronto. «Isaiah puede jugar con cualquiera», afirmó Ainge, sin considerar que su presencia puede ser un problema si llegara Markelle Fultz o Lonzo Ball. «Puede jugar en dos posiciones exteriores. Puede jugar donde quiera. Es simplemente un jugador de baloncesto. Es un anotador. Y es también genial jugando sin el balón».

¿Un día más de alegría?

Otro problema que puede encontrarse Danny Ainge está en Lonzo Ball y en su entorno familiar. Candidato a ser el número 1 del Draft, la insistencia de su hiperactivo padre LaVar por considerar solo jugar en los Lakers puede complicar la evaluación del base por parte de los Celtics. Ainge, de primeras, no se mostró preocupado. «No, para nada», respondió al ser preguntado sobre si el deseo de Ball de jugar en los Lakers afectaría la decisión de Boston en el draft.

La fiesta podría alargarse un día más este mismo miércoles, con el arranque de la serie de las Finales del Este ante Cleveland. Una victoria lanzaría todavía más el ánimo de una franquicia que vive el momento más dulce desde la era del «Big Three». Aspirar al campeonato parece todavía algo más lejano que en los años de Paul Pierce, Kevin Garnett o Ray Allen, pero la lotería del Draft certificó que no hay equipo con mayor potencial de futuro que los Celtics.


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