Río 2016, día 8: paliza española y un Brasil-Argentina para la historia

España necesitaba darse una alegría tras un decepcionante inicio de torneo, y Lituania se la entregó en bandeja. El equipo entrenado por Sergio Scariolo sacó el rodillo desde el primer minuto en un enfrentamiento que duró solo una mitad. En la segunda, Lituania bajó los brazos de forma exagerada, renunciando a reducir una diferencia que fue al final de auténtico escándalo. El 109-59 final sirve tanto como para mantener intactas las opciones españolas de seguir en la pelea por las medallas como para desmontar parte del encanto lituano, invicto hasta hoy, en Río 2016.

La versión más conocida de la España reciente, capaz de romper un partido por intensidad tanto en ataque como en defensa, apareció en el primer cuarto. Jugadores como Pau Gasol, Sergio Llull y Ricky Rubio dejaron atrás los apuros de otros compromisos para desmontar a base de triples la defensa lituana, que solo encontró alivio puntual en Mantas Kalnietis y Mindaugas Kuzminskas. Especialmente doloroso para Lituania acabó siendo su duelo de pívots NBA. Jonas Valanciunas fue una sombra de lo que fue su final de temporada en Toronto ante un Pau Gasol que le anuló por completo en ataque y le acribilló a triples en defensa. El pívot español aprovechó de paso para colocarse como tercer máximo anotador histórico de los Juegos, solo por detrás de los legendarios Oscar Schmidt y Andrew Gaze.

Al descanso, la ventaja española era de 58-39. Una diferencia cómoda, pero aún insuficiente para asegurar el triunfo, especialmente recordando lo visto hasta entonces en Río 2016. Pero Lituania parecía tener otras preocupaciones. Quizás por saber que, con una derrota, acabar segunda (y, por tanto, estar en la misma zona del cuadro de eliminatorias que EE.UU.) era matemáticamente imposible, o sencillamente por control de esfuerzo, el equipo báltico perdió la tensión competitiva, dejando jugar a placer a una España que necesitaba que alguien pagara los platos rotos de su flojo inicio.

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El parcial de la segunda mitad habla por sí solo: 61-30. Suficiente para mostrar la desidia lituana en su final de partido. Sin quitar ningún mérito a la espléndida actuación española en la primera mitad, en la segunda jugaron ante un rival invisible, incapaz de defender al 50% de su nivel habitual o de enhebrar ataques complejos. Para España, el 109-59 fue la mayor victoria de su historia olímpica. Para Lituania, la peor desde que el Dream Team original, el de 1992, les aplastó en Barcelona. Un ridículo que el tiempo dirá si compensó o no.

Pau Gasol se regaló un partido casi perfecto en los 23 minutos que disputó. Además de anular a Jonas Valanciunas, el nuevo pívot de los Spurs terminó con 23 puntos (incluyendo un espectacular 5/5 en triples), 5 rebotes, 5 asistencias, 2 robos y 2 tapones, sin pérdidas de balón y con solo 1 falta cometida. Nikola Mirotic (17 puntos), Rudy Fernández (13), Felipe Reyes (13 y 9 rebotes) y Ricky Rubio (11 y 4 asistencias) brillaron también en un partido que solo un equipo quiso ganar. Por parte lituana, Mindaugas Kuzminskas (17 puntos) y Mantas Kalniets (16) fueron los únicos jugadores que salvaron la cara.

Un clásico para el recuerdo

El primer enfrentamiento de la jornada fue mucho más memorable. Brasil y Argentina protagonizaron un duelo para la historia que necesitó dos tiempos extra para decidirse. La rivalidad más grande de Latinoamérica vivió un episodio inolvidable en un partido de rachas, de brega y de talento. En un choque que Brasil dominó durante la mayoría de minutos, las arrolladoras actuaciones de Andrés Nocioni y Facundo Campazzo acabaron dando el triunfo y la clasificación a cuartos de final a Argentina, imponiéndose por 107-111.

La organizadora protagonizó un partido sobrio, apoyado en un imperial Nené dentro de la pintura, en el esfuerzo defensivo de Alex Garcia y en las fugaces apariciones ofensivas de jugadores como Vitor Benite, Guilherme Giovannoni o, en una segunda prórroga espectacular, Leandro Barbosa. Sin ningún jugador más allá del veterano pívot NBA especialmente inspirado (ni Marcelinho Huertas ni Raul Neto estuvieron especialmente incisivos en la dirección), al menos supieron aprovechar los agujeros defensivos de Argentina, especialmente dentro de la pintura, para tomar la delantera de forma constante desde el segundo cuarto hasta la segunda prórroga.

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Pero Argentina se recuperó de todos los golpes recibidos. Andrés Nocioni y Facundo Campazzo necesitaron sendas actuaciones épicas para contrarrestar la mayor solidez brasileña. Los triples del “Chapu” y la velocidad e inteligencia del base tuvieron su punto cumbre al final del último cuarto. Con Brasil tres arriba, Manu Ginóbili lanzaba un triple a 9 segundos del final que no entraba. Facu Campazzo, de 1’81 oficial de altura, capturaba el rebote ofensivo, habilitando a Nocioni para un triple que empataba el partido. Marcelinho Huertas no sentenciaba en el lado contrario, forzando la primera prórroga.

Empujada por un gran Nené, Brasil llegó a ir 6 arriba en el primer tiempo extra, pero de nuevo Campazzo se convertía en el héroe argentino, remontando hasta forzar cinco minutos más de partido. El delirio del campeón olímpico de 2004 llegaría en el segundo tiempo extra, con dos triples seguidos de Campazzo para abrir el período, seguido de un rebote ofensivo convertido en canasta de Patricio Garino, que ponían 8 arriba a Argentina. Brasil encontraba a un inmenso Leandro Barbosa, inédito en el resto del partido por problemas de faltas, quien anotó sus 11 puntos del partido en el tiempo extra. Pero Argentina no desaprovechó la ventaja, llevándose un partido de leyenda por 107-111 que le coloca matemáticamente en cuartos de final.

Andrés Nocioni, segundo jugador más veterano del torneo, protagonizó a sus 36 años uno de los partidos más memorables de su larga y exitosa carrera con 37 puntos (8/12 en triples) y 11 rebotes, jugando 47 minutos y solo bajando los brazos tras ser eliminado en la segunda prórroga. A su lado, Facundo Campazzo terminaría con 33 puntos, 11 asistencias, 4 rebotes y 4 robos en un partido de antología que mostró al mundo su inmenso talento. Por Brasil, Nené brilló con 24 puntos y 11 rebotes, con Marcelinho Huertas y Alex Garcia aportando 14 puntos por cabeza, pero sin evitar una derrota que complica de forma dolorosa el pase a cuartos en su propio torneo olímpico.

Nigeria da la campanada

El cierre de jornada complicó aún más la situación en un Grupo B donde los seis equipos llegarán con opciones de clasificarse para cuartos de final (con Lituania y Argentina como únicas clasificadas matemáticamente). Nigeria sorprendió a Croacia gracias a la exhibición del triple de sus exteriores y a la potencia en la pintura de Ike Diogu y Alade Aminu. El equipo balcánico se quedó sin ideas más allá del peligro de Bojan Bogdanovic, y sufrió una dura derrota que les impide dejar ya sellado su pase a la fase de eliminatorias. Fue la primera victoria de un equipo africano en fase de grupos a un equipo no africano desde la victoria de Angola a España en Barcelona 1992.

Michael Umeh (19 puntos, con 6 triples), Josh Akognon (18 puntos, 3 triples) y Ebi Ere (14 puntos, 4 triples) lideraron el bombardeo nigeriano. El actual campeón de África terminó con 17 triples anotados y un excelente 47,2% de acierto, un vendaval que Croacia no pudo responder más allá de los 28 puntos de Bojan Bogdanovic, que pese a su derrota se afianza como máximo anotador del torneo olímpico. Aparte del alero de los Nets, solo Roko Ukic (10 puntos) alcanzó las dobles figuras. El partido, además de la derrota, fue especialmente decepcionante para los otros dos NBA de Coracia: Dario Saric (7 puntos y 0 asistencias) y Mario Hezonja (5 puntos, con 2/8 en tiros de campo).


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