El divorcio entre los Heat y Dwyane Wade, ya nuevo jugador de los Bulls, ha sido una de las mayores sorpresas de este verano. La salida de su jugador más identificable durante 13 años ha dejado secuelas en Miami, y el presidente y hombre fuerte de la franquicia, Pat Riley, no lo oculta. En una rueda de prensa celebrada este sábado, el 9 veces campeón NBA, ya fuera en condición de jugador, asistente, entrenador o ejecutivo, confesó que lo que llevamos de verano ha sido «difícil», aunque a la vez no guarda ningún tipo de sentimiento negativo hacia su ya ex-estrella.
La salida de un jugador único
«No he hablado todavía con Wade», explicó Pat Riley. «He estado elaborando un email muy largo para él que le enviaré cuando esté acabado. Si le viera ahora mismo, creo que le daría un largo abrazo». Riley explicó que la marcha de Wade «no fue por dinero, fue por algo más», reconociendo incluso que no hizo todo lo que hubiera podido para convencerle de su permanencia en Miami.
«Lo que pasó con Wade me dejó destrozado», confesó Riley. «Voy a echar de menos el hecho de lo que podía haber tenido planeado para él y para su futuro, y como vi el final y mi proceso lógico sobre cómo podía ver su final aquí con los Heat. Eres lo que piensas. Es mi responsabilidad hacer que ocurriera. No lo hice». Riley también afirmó que «estuve aquí cuando se fue Zo (Mourning), cuando se fue Shaq, cuando se fueron Brian Grant, Eddie Jones. Pero Dwyane es único. Siempre habrá una llave bajo la alfombra (para él). Sencillamente espero que no se oxide».
A la espera de Bosh
Con Dwyane Wade en Chicago y LeBron James desde hace dos temporadas en Cleveland, el único superviviente que queda del «Big Three» que ganó los dos últimos campeonatos de Miami es Chris Bosh, pero su regreso a las canchas tras sus problemas de circulación sanguinea está todavía en duda. Riley no pudo decir mucho sobre su posible regreso. «Sé que Chris quiere jugar», explicó. «Obviamente, estaríamos abiertos a ello, pero es una situación todavía muy fluida. Hoy mismo no hay respuesta. Ojalá tuviera pudiera dar una».
Riley también afirmó que «desde un punto de vista baloncestístico, me han dicho que seguimos esperando. Tras perderle tras el parón del All-Star dos veces seguidas, nunca sabes lo que tienes o lo que hubieras podido hacer. Eso es lo que me mata. Pusimos un buen equipo cuando LJ (LeBron James) se marchó, y nunca tuvimos una oportunidad de verlo a pleno rendimiento. Deberíamos esperar a agosto o septiembre. Creo que tendremos más información para entonces. Chris es un factor X aquí».
La nueva generación
Con las antiguas estrellas del equipo fuera de Miami o con sus problemas de salud aún por resolver, la franquicia tendrá que recurrir a caras nuevas. Con Goran Dragic de ilustre veterano en el puesto de base, jugadores como los recien renovados Hassan Whiteside y Tyler Johnson, o los jóvenes Justise Winslow y Josh Richardson tendrán una responsabilidad extra. «Dame a cuatro tipos de su edad en esta liga para jugar un ‘cuatro contra cuatro’ y creo que tendríamos a un cuarteto competitivo aunque sea contra elecciones de lotería», retó Riley. «Tenemos una buena base de jugadores jóvenes. El siguiente paso es ver lo que pueden hacer para aumentar este equipo y avanzar desde ahí».
Riley fue especialmente optimista sobre Justise Winslow. «¿Estamos preparados para que salga de alero titular? Yo lo estoy. No vamos a sacarle ahí sin más. Ya pasó el año pasado y jugó minutos importantes. Confío en él». A falta de saber si Pat Riley conseguirá sacar algún truco extra sobre la manga para adquirir a alguna estrella, no quedará más opción en Miami que confiar en una nueva generación. La transición tras la marcha de Dwyane Wade ha comenzado.