Los Clippers han protagonizado este lunes la mayor remontada de siempre en unos playoffs de la NBA, al revertir una desventaja de 31 puntos y terminar llevándose el segundo partido de la serie ante los Warriors, eliminatoria ahora mismo empatada (1-1). Sin embargo, lejos de parecerle suficiente, lejos de creer que con la citada remontada y con el hecho de haber ganado un duelo a domicilio a los actuales campeones podría valer, Doc Rivers desea más. No, los Clippers, octavos del Oeste, no han llegado a las eliminatorias por el anillo para salvar el orgullo. Van a plantar cara. Ya lo han demostrado. Y por si alguien no lo tiene presente, Doc Rivers lo recuerda.
“No es suficiente para nosotros”, señaló en la rueda de prensa posterior a la hazaña sobre el hecho de ganar a los Warriors. “Es especial. Pierdes por 30 puntos a domicilio contra un gran equipo y remontas. Eso es lo especial. No ganar el partido. Podías escucharlo en el vestuario, ellos hablaban de la remontada”.
Es decir, que Doc Rivers se queda más con la forma que con el fondo, que para él lo notable fue la manera de ganar y no el hecho en sí de hacerlo. Confianza máxima en ellos mismos demuestran estos Clippers. “Tenemos muchas expectativas”, concluyó Rivers, quien señaló que con 31 puntos abajo, solo queda que luchar y luchar. Y funcionó. “Nadie en este vestuario se dio por vencido, nadie se vino abajo”, resumió Montrezl Harrell, uno de los héroes de la noche.
“Estamos enfadados”, señaló por su parte uno de los derrotados, un Andrew Bogut que resumió así el estado del vestuario de Golden State tras la debacle. El australiano, que apuntó que el silencio del vestuario puede ser una buena señal de cómo ha afectado esta derrota al equipo y puede servir para levantarse, quizá tenga que redoblar sus prestaciones si se confirma la baja prolongada de DeMarcus Cousins.