Unos crecidos Grizzlies sorprenden a San Antonio

La NBA interpretó las ya inolvidables declaraciones de David Fizdale, entrenador de los Grizzlies, tras el segundo partido de playoffs contra los Spurs como un ataque a los árbitros. Por contra, su vestuario lo hizo como una apasionada defensa de sus jugadores. El efecto se notó con la serie de vuelta a Memphis, con el equipo local sacando una convincente victoria a San Antonio por 105-94 gracias a un espléndido trabajo colectivo.

Revolución de clases


Los Grizzlies, con un buen puñado de jugadores en rotación que no tuvieron en algún momento sitio en la NBA, obligados a ganarse la oportunidad desde la D-League, salieron con un hambre especial. La calidad de Mike Conley (24 puntos y 8 asistencias), Marc Gasol (21 puntos) y, especialmente, Zach Randolph (21 puntos, 13 de ellos en la primera mitad, y 8 rebotes), pudo superar una defensa de los Spurs más floja que de costumbre. Pero el trabajo fue una misión de grupo.

Humildes como James Ennis III, JaMychal Green, Andrew Harrison o Wayne Selden ofrecieron minutos de calidad a ambos lados de la cancha para unos Grizzlies especialmente sólidos y concentrados. Con un estilo que recordaba a los sobrios Spurs de años atrás, sin alardes y cuidando al máximo el balón (solo 5 pérdidas), Memphis dio la escapada definitiva en el tercer cuarto, gracias a un espléndido parcial de 31-14.

Veteranos sin lustre


San Antonio fue una sombra de su mejor versión, con Tony Parker (0 puntos y 0 asistencias) y Manu Ginóbili (0 puntos) absolutamente desconocidos. Solo Kawhi Leonard (18 puntos) y LaMarcus Aldridge (16 puntos y 11 rebotes), a ráfagas, daban algo de resistencia a Memphis. Sin que su técnico Gregg Popovich encontrara una rotación capaz de competir con la intensidad mostrada por los Grizzlies, el partido se escabulló de sus manos.

El tremendo enfado ante los medios de Fizdale tres días antes sirvió para crear una comunión entre la cancha y la grada muy especial en una franquicia que se enorgullece de su espíritu de lucha. Sin quejas presumiblemente del arbitraje (tres titulares de San Antonio acabaron el primer cuarto con dos faltas cada uno), Memphis rompió una racha de 10 derrotas consecutivas en playoffs contra San Antonio, y al menos evitará la tercera barrida consecutiva.

Una eliminatoria mental


La reacción de ambas franquicias de cara al cuarto partido será clave. Los Grizzlies tendrán que mantener el efecto Fizdale durante al menos dos días más, y San Antonio poder plantar cara frente a un plantel con menos que perder y, por lo visto en el tercer duelo, con más hambre competitiva. El claro dominio de los partidos disputados en la cancha de los Spurs, desde luego, brilló por su ausencia.


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