Utah provoca el enésimo batacazo de los Rockets

El calvario de los Houston Rockets parece lejos de acabar. Pese a que tenían ya poco margen para empeorar, los de D’Antoni sufrieron en Salt Lake City su peor derrota la temporada al caer por 118-91 frente a los Utah Jazz, y continúan hundiéndose en el pozo de una conferencia que el año pasado dominaron de principio a fin. Solo Suns y Spurs empeoran el balance de 11-13 de los texanos en el Oeste.

No en mucha mejor situación llegaban los Jazz al partido, pero sin duda las sensaciones son otras tras él. En apenas tres días, los de Quin Snyder han sumado dos victorias por 34 y 27 puntos respectivamente, lo cual debería reforzarles anímicamente tras un inicio bastante decepcionante. Es cierto que estos triunfos han llegado ante Spurs y Rockets, equipos que empeoran los pronósticos más pesimistas, pero la situación de Utah no era mejor que la de ambos al arrancar esta misma semana. Ahora, con 13-13 en el casillero y los playoffs relativamente cerca, todo parece menos grave.

Barridos

La sensación que dejó Houston fue de equipo completamente deshecho, imagen que se potenció en un desastroso tercer cuarto. Los Jazz apabullaron a los Rockets en este periodo, que finalizó con un parcial de 38-11 y en el que llegó a verse una diferencia de hasta 37 puntos en el marcador. Sencillamente, los de D’Antoni no estaban. Ni ofensiva, ni defensiva, ni mentalmente. 

Utah no necesitó ni siquiera un gran partido de sus estrellas. Donovan Mitchell no pasó de los 6 puntos, Ricky Rubio se quedó en 13 sin unos grandes porcentajes, y Rudy Gobert no llegó a jugar ni siquiera 3 minutos, pues fue expulsado por golpear fuertemente una botella situada en la mesa de anotaciones cuando fue sustituido por cometer dos faltas muy tempranas. El francés, enfadado al considerar que James Harden había exagerado para provocar la infracción, reaccionó de forma agresiva, aunque, visto el marcador final, no parece que los suyos le echaran demasiado en falta.

Es más, la temprana salida del galo permitió a Derrick Favors firmar su mejor partido de la temporada. El pívot fue el máximo anotador del encuentro con 24 puntos, a los que añadió 10 rebotes, un robo y un tapón. Dada la amplia diferencia, Snyder se permitió el lujo de dar muchos minutos a hombres poco habituales, y dio la oportunidad de pisar el parqué a 13 jugadores, 10 de los cuales disputaron más de 10 minutos.

Vuelta al desastre

No habla especialmente bien de la plantilla texana el hecho de que Michael Carter-Williams, que solo disputó el último cuarto debido a que el choque estaba ya perdido, fuese el segundo máximo anotador del equipo con 13 puntos. Solo Harden, con 15, mejoró su marca, pero lo hizo con un 5/16 en el tiro y con un parcial de -28 en sus minutos en pista. Chris Paul, por su parte, alcanzó la cifra de 17.000 puntos en toda su carrera, pero la noche no fue ni mucho menos digna de celebración.

La situación de los Rockets parecía mucho menos dramática hace unas semanas, cuando lograron enlazar cinco triunfos consecutivos. Su defensa daba síntomas de recuperación, James Harden empezaba a jugar a su mejor nivel, y la aportación de hombres de rotación como Gary Clark sumaba notablemente. Sin embargo, nada de eso existió ayer en el Vivint Smart Home Arena. Solo la desolación de las primeras jornadas de campeonato.

(Fotografía de portada: Abbie Parr/Getty Images)


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