Chris Andersen es un gran protector del aro y fue pieza clave en el campeonato logrado por Miami Heat la pasada temporada, pero de vez en cuanto se lleva algún que otro tapón digno de poster. Hace unos meses fue Paul George el que dejó a Andersen por el suelo; ayer fue Markieff Morris quien penetró y consiguió un espectacular mate que levantó a sus compañeros del banquillo.