Bien está lo que bien acaba. Que le pregunten a los New York Knicks.
La temporada parecía empezar de la peor manera posible para los chicos de David Fizdale. Primeros compases en los que poco importó que hubiesen saltado a cancha profesionales del baloncesto o del backgammon. El balance hubiese sido más o menos igual.
Porque la afición del Madison Square Garden veía como de los primeros nueve lanzamientos a canasta, sus jugadores anotaban cero. Caput. Entonces Fizdale pidió tiempo muerto.
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Un ‘ejemplo’ por 10.000 dólares
Tuvo que ser uno de esos apesadumbrados aficionados, un amateur, quien les recordara como era aquello de meter la pelota por el agujero. Y lo hizo desde media cancha. Porque sí. En el clásico reto del half-court shot (por 10.000 dólares), a la primera fue la vencida. La edición de 2018/19 arranca dando el premio gordo en el MSG, y sus gradas por fin tuvieron un chof que celebrar. A partir de ahí, los que de verdad importaban también fueron cayendo.
Los Knicks resetearon y no solo ganaron el partido ante los Atlanta Hawks, sino que lo hicieron con su cuarto más anotador (49 puntos) en más de setenta años. La noche y el día en menos de treinta minutos. Así pues, bien está lo que magníficamente acaba.